Por Javier Jaramillo Frikas
Pasadas las nueve de la noche llegó la noticia que alegró a muchos: celebraron acuerdos satisfactorios el Gobierno del Estado y la Universidad Autónoma de Morelos. Apareció Matías Quiroz, secretario de gobierno para darlo a conocer. Son casi la una y 30 de la mañana del jueves 11 y buscamos que la luz que prendió el segundo a bordo de la administración estatal refulja durante las horas siguientes con la posición de la UAEM y su rector Alejandro Vera Jiménez, validando el anuncio oficial. Sí, los ánimos entre los titulares de la UAEM y la administración estatal junto a los principales colaboradores de ambos, nada bueno presagiaban. La antipatía personal encima de lo institucional prevalecía según imágenes y audios en los medios digitales e impresos. Sería prudente que el gobernador Graco Ramírez Garrido Abreu enviara a un funcionario de nivel tolerante y con todas las condiciones de negociación. Buena medida.
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Hasta ahí, todo bien, pero falta conocer detalles de cuáles son los acuerdos porque las demandas en labios del rector, fueron varias y serias, algunas graves en el terreno de lo familiar, personales pues. Incluso se escuchó fuerte un ¿me quieren matar? Con qué ganas echaríamos las campanas al vuelo si todo se ha arreglado, pero la entidad atraviesa por condiciones generales difíciles y varios de esos rubros estaban en las posiciones de las autoridades universitarias y, para ser claros, no tienen solución inmediata, como la inseguridad. En estos momentos que los amables lectores lean esta parte, quizá ya conozcamos razones y argumentos para levantar un plantón histórico, o cuando menos no tenemos registro en los últimos 50 años de algo siquiera parecido entre la UAEM y cualquier gobierno estatal, no obstante que fueron públicas las malas relaciones entre ejecutivos y rectores. El predominio de la respectiva institución y la institucionalidad de los responsables, obligaba a mantener lo privado separado de la necesidad pública y el bien común.
La plaga de la criminalidad, el sometimiento de autoridades a los jefes de las organizaciones de este tipo que generaron la mala condición que Morelos vive, también disminuyó la calidad del quehacer político. Hoy, ayer y anteayer, los últimos 20 años, los temas son conocer quien es peor que el otro, no La Obligación Mayor que es Morelos como un Todo. Ni cómo negarlo. Entra el desánimo en base a tantos eventos criminales y a tantas fallas de los gobiernos en todos sus niveles. Es una crisis. Y la obligación es el fortalecimiento de las instituciones, una fundamental es la Universidad Autónoma de Morelos y cualquier otro plantel que brinden educación. Ahí y en la familia están los cimientos de la sociedad.
Por ello, la aparición del secretario Matías Quiroz anunciando solución y acuerdos, no va a quedarse en levantar el plantón de Plaza de Armas. Si los universitarios y muchos ciudadanos aceptaron hacerlo, es porque van a honrar esos acuerdos y para satisfacer a la sociedad, tendrán que enumerar cuáles son estos, uno a uno, los inmediatos y los de medio y mayor alcance. En cualquier negociación, el simple hecho de hacerlo, responsabiliza a ambas partes a cumplirlo, sin embargo uno de esta envergadura, debe ser absolutamente transparente para dar una porción de tranquilidad a una sociedad atribulada con los otros males que ya mencionamos. Lo hemos anotado: este año inició y no se detiene con acontecimientos desafortunados, graves en su mayoría como el homicidio de la presidenta de Temixco, Gisela Mota Ocampo –esto enmarcado en el supuesto de la infiltración y acción del crimen organizado en la esfera política—y el otro el diferendo ya de tiempo de Universidad y Gobierno, las marchas y esta última numerosa y con la decisión de instalarse en la Plaza Pública para buscar soluciones. Todo ello en un ambiente crispado por otros sucesos que aunque en apariencia menor, inciden en subrayar el cuadro de malestares que tiene la salud social de nuestra entidad.
Si el Gobierno y la UAEM han logrado acuerdos de beneficio, ello obligará a que cualquier otro tenga solución por la única vía que existe en la vida para solucionar conflictos: el diálogo inteligente sobreponiendo el Bien Común encima de la ignorancia y los intereses personales. Los que sean y existan. De otra forma en Morelos pasaran años sin avance.
Hoy por la tarde sería grato celebrar que todo este tema UAEM—Gobierno del Estado, llegó a buen puerto. En este momento que cerramos este breve espacio (2.08 am) tenemos la posición de la administración y la esperanza de presenciar en mucho tiempo una acción política basada en elementos que indiquen rumbos de un Morelos Mejor.
