TERTULIA POLÍTICA, Por Pedro Martínez Serrano
Polémica electoral
Las decisión a rajatabla, ilegal e inconstitucional, y obvio a gusto de unos (Graco Ramírez y Rodriguito Gayosso) y para perjudicar a otros (Víctor Caballero y Francisco Moreno), tomada por el Tribunal Estatal de Justicia Electoral, ha motivado un ambiente de crispación, pero también ha atizado el choque de trenes, entre mujeres y hombres, por la disputa de una mal entendida paridad de género, por un lado y la defensa de los derechos políticos, por otro.
En el campo de la paridad de género, un grupo de mujeres de la sociedad organizada, aunque también al servicio del perredismo y quien lo controla, parcialmente en Morelos, Rodrigo Gayosso, buscan mantener la asignación tramposa de curules para mujeres del PAN y el PRI, soportada con alfileres.
Y para ganar la polémica electoral y, de paso, victimizar a las diputadas, quienes tienen a cargo la cuenta del manejo de medios de comunicación, electrónicos y redes sociales, amenazan con todo tipo de movilizaciones e interposición de recursos legales, hasta llegar con su asunto a la mismísima sede de la Organización de las Naciones Unidas.
En ese espiral de denostaciones y mentiras, lo que se busca, es mostrar a Francisco Moreno como misógino y verdugo de los derechos de las mujeres. Nada más falso. La decisión del Tribunal Estatal Electoral, está soportada con alfileres, pues, como dice un documento elaborado por el PAN, en la defensa de los derechos de Víctor Caballero:
(El Tribunal Estatal Electoral) administró justicia de manera incorrecta el principio de paridad (en esta lucha de derechos) contra los principios de seguridad y certeza jurídica, legalidad, democracia interna, votar y ser votado, auto organización interna de los partidos, definitividad, generando con ello una ponderación de principios y derechos incorrecta en virtud que el Principio de Paridad lo llevan a otros niveles, ya que prepondero como lo manifiesta en la sentencia el principio de paridad contra los principios antes descritos.
Y el mismo documento que se ventila en tribunales federales en mteria electoral, apunta:
En su sentencia el Tribunal Estatal Electoral se limitó a ponderar y colisionar únicamente el principio del derecho a votar y ser votado, contra el Principio de Paridad y no así contra todos los principios que han sido vulnerados, atentando con un largo listado de ordenamientos constitucionales, lo que hace vulnerable su resolución.
Entre el articulado constitucional que se violentó, con la resolución del Tribunal Estatal Electoral, se encuentra lo siguiente:
De la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece respecto a la ley ha estudio, lo conducente y la letra se lee “Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia.
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley…”
Pero además de lo anterior, hay que anotar que los partidos, especialmente el PAN y el PRI, cumplieron paso a paso, los requisitos impuestos por la legislación y la autoridad electoral y, en el apartado de los diputados de lista, los plurinominales, fueron registrados y su registro aceptado y avalado en su momento por el Consejo Estatal Electoral.
Así las cosas, es cuestión de horas, para que cambié la forma e integración de la próxima legislatura al Congreso del Estado y, de paso, se evidencie la ilegalidad, pero también el servilismo y sometimiento con que actúa el Tribunal Estatal Electoral.