Por Mario Alejandro Garcia Salgado
MITOS, LEYENDAS Y TRADICIONES DEL “Cuernavaca de mis Recuerdos”.
Frente a mis ojos tengo una hermosa fotografía que data del año 1897 en donde se puede apreciar una parte del centro de Cuernavaca; hay algunos postes que lámparas de herrería; diversas bancas de fierro, así como se divisan algunas partes del kiosco, un enorme edificio , todo ello rodeado de árboles frondosos que desde entonces le dieron por llamar La Ciudad de la Eterna Primavera.
En la foto se puede apreciar que las bancas del Zócalo han sido sustituidas por otras de fierro fundido y en mayor número, para los festejos de la llegada del ferrocarril en 1897. Las fuentecillas de carrete siguen en el mismo lugar y la Araucaria que en otras fotografías anteriores se ve pequeñita, ha crecido considerablemente.
La casa con arcos y balaustrada es de finales del siglo y destaca como construcción moderna, y su fachada es la misma que aún conserva como el Pasaje Caballero. La construcción colonial de la izquierda con su gárgola características es la esquina del antiguo Hotel Bellavista con la calle de Guerrero, que se derribó en el año de 1933 para alinear la calle pues esta parte del edificio sobresalía tres o cuatro metros hacia el frente.
Hoy en día, la calle de Guerrero conserva ese espacio, con arcos en ambas partes de las aceras y en su interior un sin número de comercios; conservando aún el Pasaje Caballero, La Casa Tajonar, entre otros que hacen un espacio muy visitado por propios y extraños, conservándose la amabilidad de los cientos de comerciantes que diariamente se dan cita en el lugar para expender su mercancía. Desde telas, hasta recuerdos; hay ebanisterías, refresquerías, grandes almacenes. Aquí, hace como cinco u ocho años se conservaba la antiquísima panadería La Espiga.
En 1908 el Jardín Juárez al principar la calle de Guerrero, con la vía del tren de mulitas y los nuevos arbotantes de luz de arco eléctrico de carbones. Al fondo de la calle la Iglesia de San Miguel que le da nombre a este barrio y desaparece en 1010 para construir ahí el nuevo mercado de ladrillo rojo prensado.
Cuernavaca tuvo el Jardín Morelos, en los mismos años veinte con la pequeña glorieta en su esquina noroeste y la bonita fuente del león en uno de sus lados. El centro de Cuernavaca ha sufrido muchas remodelaciones, como hasta en la actualidad en pleno siglo XXI bajo el gobierno, por segunda vez en su historia del Estado de Morelos , de la llamada izquierda; primero fue el PAN, hoy en día el PRD. Sus gobernantes eran y son, SERGIO ESTRADA CAJIGAL RAMIREZ, MARCO ANTONIO ADAME CASTILLO y GRACO RAMIREZ GARRIDO ABREU, mismos que han hecho remodelaciones a diestra y siniestra invirtiendo grandes cantidades de dinero, aunque la remodelación no se necesite.
EN EL AÑO 1925 FUE TOMADA LA FOTOGRAFÍA DEL Jardín Morelos, desde el portral Balcázar (hoy el Correo), donde se aprecia la traza irregular del mismo y la ubicación de la fuente del león. Era una fuente con una fondo de piedra que era donde se recargaba el león y por la boca del león salía un chorro de agua; algunos osaban subirse a la fuente para beber agua cristalina que manaba del león.. en m1925 en el jardín Morelos no había bancas aún. Desde el hotel Morelos, de la misma época situado al poniente del jardín, se ve otra perspectiva del portal Aurora sobre el que fue construido el Hotel Marik en 1932. Y después el gran edificio de “Las Plazas” en el año de 1970..
La primera traza del nuevo jardín Morelos mirando hacia el poniente desde el portal primavera. Al fondo nuevamente el portal Eguía y a la izquierda en el lado sur el portal Balcázar nombrado así por una famosa tienda de ropa que se encontraba dentro. Hoy ocupa ese lugar el Correo de la ciudad. Esta narrativa que conlleva una fotografía fue tomada en la segunda década de este siglo.
La lente del fotógrafo se amplia para dar paso a un panorama general del Jardín Morelos el cual fue terminado en 1910 cuando ya había desaparecido el Mercado Colón. Se observa el palacio de Cortés luciendo su nueva pintura a la cal de rojo tezontle del año de 1920 y que conservó durante largo tiempo, hasta 1949 cuando se quitó todo el aplanado dejando sus piedras desnudas. El portal primavera aún sigue en su lugar, antes de convertirse en 1930 en una gasolinera de la Pierce Oil Co, S.A., que distribuía productos Sinclair y que tenía de logotipo un gallito.