No se dejó caer El Pike

Javier_JaramilloPor Javier Jaramillo Frikas

El Pike Núñez, un boxeador de cuatro y seis asaltos en la década de los sesenta, gustaba de hacer tratos con los coyotes que apostaban en la extinta Arena Isabel. Peleaba una ocasión con un rival que los que conocían el ambiente consideraban de menor nivel que él. Un personaje de aquellos años, el querido Alberto Perches, Rey de la Zona Roja de Acapantzingo, entrañable amigo que no vive sus mejores días, le propuso: Pike, te vas a caer en el tercero y ganas 500 pesos. El pugilista aceptó. Fue la segunda pelea de la noche. Desde la campanada inicial, El Pike Núñez estaba desconocido: sacaba golpes que nunca se le conocieron, algunos de excelente manufactura y trajo de esquina a esquina a su oponente. El que arregló su derrota, supuso que era parte de una actuación premeditada. Llegó el tercero, penúltimo de la contienda. En este se cae, pensó Perches. Pero vaya sorpresa: Núñez noqueo a su rival que si le cuentan 40 segundos no se levanta. Bravo, pendenciero, Alberto fue al vestidor a reclamarle airado. El Pike se quitaba los arreos y le decía que se esperara. Aguanta, aguanta, ahorita te explico. Aquel le quería aplicar el cloroformo con sus manazas. Ya saliendo del vestíbulo, Pike se limitó a dar su razón: Vino mi novia, no podía perder y menos dejarme caer, aquí está tu quiñón. Alberto tuvo que pagar a una fila a los que les dio mocho. Perdió varios miles de pesos.

¿Se dejarán caer? Están a la vista

Eso fue real, contado por los protagonistas a un servidor, como es igual de real que el pleito legal PASA—Ayuntamiento de Cuernavaca vive un episodio más, que se ha dado a la confusión de acuerdo a un inusitado activismo de las partes, sobre todo donde tienen que ver ex funcionarios que en su momento se adhirieron al Partido Acción Nacional. Nunca fueron panistas de origen y formación, se trató de circunstancias que vivimos los morelenses 15 años. En el asunto PASA es público que ya en operación, la empresa con sede en Monterrey, hizo un acuerdo con quienes le dieron la concesión y quedaron de la siguiente manera: PASA Monterrey con el 51 por ciento y PASA Cuernavaca con el 49 restante. Se cerraba el trato.

Entre los 49’s estaban personajes ligados a la iniciativa privada como parte de la familia Ortiz Salinas a quienes les vendieron acciones, pero hubo prestanombres de funcionarios en ese momento y de anteriores, todos ligados al ex gobernador Sergio Estrada Cajigal, como Víctor El Güero Mercado, que de responsable de Control Vehicular se hizo un millonario empresario en varios rubros. Otro, regidor de obras públicas en el trienio que gobernó Cuernavaca el extinto y bien recordado Jesús Giles, Alejandro Villalobos. Eran los 49’s, aparte de otros que firmaron por ellos. Con la resolución de la justicia hace unos días, se reactivó este equipo, aprovechando ligas que tienen con las partes en el conflicto, es decir PASA y el Ayuntamiento. Es por ello que anotamos lo de inusitado activismo. El tema legal no termina. Los que trabajan en las leyes, oficiales y privados, saben hacer las cosas. Aquí el asunto es que se torna político, al entrar personajes dedicados a este quehacer.

Uno de ellos es el diputado local, coordinador de la bancada del PAN en el Congreso, Javier Bolaños Aguilar que aprovecha la coyuntura para reencontrarse con su ex jefe y que lo trajo a Morelos a manejar el SAPAC. No juega gratis, su historia lo ubica en los negocios desde posiciones de poder, como la que hoy ostenta. Bolaños es parte en la jefatura de lo que llamamos algunas ocasiones en esta columna El Cartel del Agua. Acostumbrados a los negocios desde el gobierno, los 49’s con Bolaños en la operación desde adentro, ejercen presión. Los que salieron de esa porción, los Salinas digamos, vendieron en centavos lo que adquirieron en pesos. Los otros ahí están: Mercado Salgado, Villalobos y Sergio Estrada con Bolaños tejiendo en lo oscuro.

¿Dónde está el símil con lo del Pike Núñez y su arreglo no cumplido en su pelea?

La inquietud que, en esta batalla legal, ya en acciones de operación, desde el ámbito oficial, municipal, se dejen caer de verdad. ¿Quiénes? Habrá oportunidad de darle seguimiento, cercano, respirándoles en la nuca, porque lo legal no lo hagan lagaloide y se genere un conflicto mayor que lastimará no solo a los políticos que se prestasen al truco, sino a la sociedad misma.

Si el juez decidió que se pagaran 14 millones de pesos –o 16, buscamos el dato— y no los pretendidos 300 millones de pesos por daños y perjuicios, los 49’s se entrenan para recuperar —de alguna manera le tenemos que llamar— lo que no les costó un solo centavo. Fue, como tanto se hizo y se hace, una acción concertada de corrupción. Vale el tema…

Como igual algo parecido: El Caso Tamoanchán, que sexenios iban y venían y gastaban fortunas conteniendo a una banda de rufianes entre los que se encontraba un ex gobernador de Puebla. En la administración anterior, un funcionario sacrificable, el consejero jurídico, le encontró la cuadratura al círculo y comentó al gobernador Adame que no pagaban, que seguían en la controversia legal. Incluso en el presupuesto para su primer año de administración, Adame solicitó y obtuvo cerca de 110 millones de pesos, porque una circular de los abogados contrarios que estratégicamente usaban a los medios de comunicación, colocaba a la justicia federal con un plazo de cortos días: o pagaba o le iniciaban juicio político y lo desaforaban recién llegado. Nuevo, Adame optó por pagar, pero Pedro Luis Benítez Vélez, le dio razones y argumentos.

Conclusión: no pagó el gobierno los casi 110 millones, tampoco los daños y perjuicios de un largo juicio, sino que la justicia obligó a los presuntos dueños de un terreno ya poblado por mucha gente en Jiutepec, a regresar otra porción de buena dimensión. Como se nota, los abogados que contrataban los gobiernos, alargaban el juicio, y varios, estamos ciertos, se dejaban caer. Tal vez ello explique la vigencia de Benítez Vélez en el gobierno federal: sabe hacer las cosas de su profesión. Ganó el combate contra todos los pronósticos en un añejo pleito donde la inoperancia pero sobre todo la corrupción, eran dueños de las condiciones.

Así las cosas: PASA, PASA o PASA NO PASA con todo y los 49’s y adherentes de última hora…

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