Columna: Prohibido Prohibir
Por Javier Jaramillo Frikas
Imposible negarse cuando unos cuantos jóvenes morelenses se acercan con la intención clara de que la columna Prohibido Prohibir sea parte de su proyecto. Y más cuando varios de ellos los conocimos mientras se columpiaban en la columna vertebral de sus padres, amigos de siempre. Morelos Habla, es su diario virtual donde la suma veterana de un servidor, desea reactivar la tarea que de pronto el quehacer que cuenta con siete lustros, flaquea. Siempre es temprano para aprender de la savia juvenil. Aquí estamos a partir de hoy hasta que los dedos chuecos lo impidan. Diría el inolvidable, entrañable amigo, guía y conciencia Carlos Reynaldos Estrada –que en estos días cumple dos años de ausencia–, aludiendo al maestro Eduardo Deschamps Rosas: TOPE DONDE AJUSTE.
Y que así sea:
Ayer serían 80 de La Jefa
Nunca vamos a dejar ir los amores. Ayer 20 de agosto, Ángela Frikas Lozano, la madre de los siete Jaramillos, cumpliría 80 años de edad. Nacida en 1934, en Tlaltizapán por tareas de su padre pero registrada en Jiutepec pero formada desde sus primeros años en Cuernavaca, La Güera Frikas vivió intensamente 70 años. El 22 de diciembre del 2004, nos dejó la tarea de pelear por los valores fundamentales de una tierra tan entrañable que no solo nos dejó ver la luz primera, sino que carne, huesos o cenizas aquí estarán.
Sobran razones para los que se van, o no vuelven a pisar el solar. Aquí nos la jugamos desde y para siempre, ordenaba. Y seguimos andando. Esta señora, grande en la extensión absoluta, fue madre de excepción. Quienes la conocieron lo constatan. Y sus hijos –tres que la acompañan con su amado Jara en La Paz— y los que seguimos en la brega, no requerimos de mayor constancia que su legado permite no solo la sobrevivencia material, más allá, esa exigencia de no ponerse de rodillas… ni para amarrarse las agujetas. Los Amados nunca se van. Y La Güera está más vigente que nunca. Mucha Madre, a Toda Madre y Vaya Madre. Lo repetido cada día: ¡Qué orgullo ser parido por ella!
Los Bandidos
Y nos vamos a temas cortos que pueden interesar a los aguantadores, fieles y siempre amables lectores. Por ejemplo, el múltiple crimen de los agentes de tránsito en cada rincón de la entidad que, con herramientas legales, llenan bolsillos de sus jefes y se les desparraman en sus propias bolsas del uniforme los billetes. La cacería plena, rapiña miserable, acciones que lastiman. Una salida a las calles, cualquiera, marcan las imágenes de lo que anotamos. Implacables con su placa con los que no pueden, o seguro no tienen el sobrante para colocar las nuevas placas. Felices los grueros y atascados los corralones. Robo vil, artero, méndigo de estos bandoleros.
Argumentan su razón legal, esgrimen artículos que se los anotaron superiores bandoleros y revientan al ciudadano. En media hora cruzando nuestra bella ciudad natal, presenciamos, cuando menos, seis detenciones con las grúas a la espera del arreglo o van para arriba a cargar las talegas de presuntos empresarios, viles mercenarios que pagan la concesión del traslado y el resguardo. La sociedad de Morelos está agotada, lastimada, mal tratada. Que no la provoquen. La liga se ha estirado y se va a romper.
La cosa legal habrá que consultarla con los que saben de ello, pero dejemos un sincero recordatorio a esta caterva de uniformados, grueros, jefes y hasta donde llegue el organigrama: ¡Pinches Bandidos!
Solo que un brote de locura colectiva invada a los paisanos que con una economía en picada, evitará salir a la calle ya no por la inseguridad que, heredada por administraciones relacionadas, complacientes o débiles ante el crimen organizado, hará uso del pie tierra para evitar que las fuerzas oficiales de la seguridad los asalten. Cualquier prórroga será insuficiente, corta, ante la falta de circulante. Bien por la minoría que cumple en tiempo y forma, todo el respeto. Qué duro cuando lo percibido alcance apenas para medio mantener a la familia. Que aparezcan los encuestadores tan de moda y que indiquen los porcentajes entre unos y otros, todos en conjunto es la sociedad morelense.
Sí, la ley es la ley. Sí, en su mayoría los que en el caso del tránsito y transporte son asaltantes con licencia para hacerlo, uniforme y gorra donde acumular, por si lo de las bolsas repletas no alcanza. A diferencia del asaltante común que lastima al ciudadano, estos lo hacen con el reglamento y tantas herramientas que la mediocre legislación les dota. Tres, cuatro, cinco, siete, ya perdimos la cuenta de la tremenda mediocridad de los que vía el pueblo, se sientan en el Congreso cada trienio. Con la política—política perdida, ausente, lo que hacen en las sesiones es, simplemente, una carpa de comedia de baja estrofa.
Y la sociedad en lo general, lo sabe, no se conforma, porque la infraestructura, la maquinaria burocrática pues, así lo dicta. Dejamos al aire la cuestión: ¿Alguno de los 30 diputados se destaca? El espacio está abierto.
(Ya les daremos a conocer en una entrega próxima, las direcciones electrónicas del que escribe –jarafrija@hotmail.com– y de Morelos Habla. En tanto, que Viva Morelos y al frente sus Jóvenes. Es su turno…