Mentiroso y cobarde

TERTULIA POLÍTICA, Por Pedro Martínez Serrano

 

El loquillo que desgobierna Morelos está acorralado; enjaulado en sus propias mentiras; encarcelado en sus miedos y, ahora, cobarde como es, evade la realidad que impera en Morelos, esa que golpea con rudeza a las puertas de Palacio de Gobierno y desde cuya explanada, los universitarios de la entidad, abanderados por el rector Alejandro Vera Jiménez, lo retan a hacer lo que ignora, lo que desconoce: dialogar de cara al pueblo; dar la cara y responder por, digamos de manera coloquial, tanto pendejismo con que ha actuado en contra de los morelenses.

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Y mientras Morelos se deshace a pedazos, ingenuo, fatuo, fanfarrón y cobarde como es, el señor Graco Ramírez hace lo que acostumbra, aplica la política del avestruz; esconde la cabeza. Sabe que asomarla es exponerla a que se la vuelen, por eso, se empeña en (des) gobernar desde la Ciudad de México, tratando de hacer creer que sigue al mando del estado, lo que puede ser cierto, pero lo que también es una realidad, es que desde hace mucho dejó de gobernar. Morelos vive una severa crisis a consecuencia de la ingobernabilidad.

Hoy, luego de ir por la vida difamando, acusando sin pruebas y desprestigiando a quienes piensan diferentes a él, Graco Ramírez se encuentra en el pináculo de la desgracia; acorralado en sus mentiras y sus miedos, pero también en la cobardía que lo distingue para dar la cara. Los universitarios lo esperan en la antesala de su casa Morelos, sede de ese remedo de gobierno que no ha servido más que para traer la desgracia a la entidad y para enriquecer a su familia y su pandilla.

Ciego, sordo y mudo como pareciera, Graco Ramírez se resiste a aceptar lo que es ya una realidad. Hace mucho dejó de ser gobernador de Morelos, con todo y que indignos y corruptos pasquineros digan lo contrario, incluidos en el segmento los periódicos Reforma, Milenio, Javier Solorzano y en la entidad, sobra mencionar al desprestigiado pasquín Diario de Morelos y las estaciones de radio que, como megáfono destartalado y mugriento, repiten a modo las mentiras que agradan a Graco y ofenden a sus adversarios.

Hoy, lo único que ha faltado, es que a Vera Jiménez se le acuse de abanderar un cartel de driminales, sin embargo las plumas a sueldo, los padrotes del periodismo, arremeten con dureza en contra del rector y lo acusan de cosas que no son ciertas, porque no tienen otra forma de complacer al imbécil que ordena su pago, el señor gobernador Graco Ramírez.

Y como están las cosas, por cierto, hay que adelantar que el próximo 19 del presente mes, se realizará una marcha más convocada por la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos (CMMC), cuyas cabezas visibles son Gerardo Becerra, Eduardo Maigre y la talentosa abogada Rurh Arias Aceves, movilización que supongo, será la estocada que termine con el mal gobierno, la represión y el latrocinio en que incurre Graco Ramírez.

Sobre el particular, hay que destacar que quien sostiene a Graco Ramírez, no es ni siquiera el presidente Enrique Peña Nieto, es el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, principal promotor del Mando Único en el país y, mientras él se empeñe en sostener al tabasqueño, se expone también a que los daños y el descontento lo alcancen y con él, se vayan por el excusado sus aspiraciones presidenciales.

En Morelos, en el Congreso del Estado, como lo he planteado antes, no va a pasar nada que no se ordene desde las cúpulas de los partidos políticos en la Ciudad de México, en donde Osorio Chong se entiende y lleva la defensa de Graco.

En nuestra entidad, las posiciones a favor del juicio político, especialmente de los diputados panistas y algunos independientes medio deschavetados, no son más que desplantes facilones de protagonismo que no abonan más que al aplauso fácil.

Si algo hay que reconocer, es que las cosas caminan lo más cerca de lo correcto, gracias a que el diputado presidente de la Mesa Directiva, Alejandro Moreno Merino, se ha conducido alejado de los reflectores del oportunismo y, en lo medular, ha controlado y hasta uniformado a las 11 fracciones que confluyen al interior del recinto legislativo, el único a nivel nacional en el que existen11 partidos políticos representados.

Que a muchos no les gusta su estilo, estoy de acuerdo; no pretendo defenderlo, porque Moreno Merino lo hace sólo, lo que muchos otros han acreditado, pero si hay que anotar que la experiencia legislativa, académica y profesional, le han servido para mantener el orden y, en su oportunidad, evitar la aberración jurídica mediante la cual se intentó dejar fuera del Congreso a media docena de diputados, que hoy cobran como tales gracias a la acción legal emprendida por Moreno y secundada por Víctor Caballero, que por la paridad de género.

En fin, creo como la inmensa mayoría de los morelenses, que los días de Graco están contados y pronto muy pronto, despertaremos de la siniestra pesadilla que significa su gobierno,
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