POR AURORA ALBAVERA SOTELO, corresponsal de “Mundo Magazzine”
PROTESTAN VAN Y PROTESTAS VIENEN Y NO PASA NADA EN MORELOS
Nuevamente el Obispo de la Diócesis de Cuernavaca, RAMON CASTRO CASTRO, tuvo éxito en la convocatoria que lanzó para que el pasado sábado 21 de mayo, se reunieran, en el Chapitel del Calvario (Morelos Norte) más de 30 mil personas que mancharon por la Paz en las principales calles y avenidas de la ciudad de Cuernavaca.
Desgraciadamente marchas van y marchas vienen y no pasa nada en Morelos, ya que dentro de la homilía del obispo, insta a los ciudadanos morelenses a alzar la voz no solo en contra la inseguridad, sino también en contra de la corrupción que impera en nuestro querido Estado de Morelos.
Desde muy temprano hora, empezó a llegar a gente, en su mayoría vestidos de blanco, símbolo de la paz y la pureza de la iglesia católica y solo un sordo no oye, solo un ciego no ve lo que acontece en la entidad, lugar a donde impera el secuestro, (segundo lugar a nivel nacional), los asesinatos, los descuartizados, los levantados, los cuerpos quemados, los desaparecidos, las fosas clandestinas con cien cuerpos de personas desconocidas, los robos con violencia, los asaltos en los camiones, el cobro por derecho de piso, los robos a casas habitación, los fraudes, las mujeres golpeadas, etc.
Pero en Morelos no pasa nada; las autoridades se ufanan en decir que no pasa nada e incluso, los diputados, en su mayoría cierran los ojos ante las realidades que laceran a la población, amén de otros actos que siguen atentando contra la misma población, como la termoeléctrica en donde el ruedo es ensordecedor.
Los caminantes que acompañaron al Obispo y a la Diócesis de Cuernavaca, caminaron hasta llegar a la Catedral de Cuernavaca, en donde entraban y entraban ríos de gente y aquí el obispo Castra Castro emitió un mensaje, en el que señaló que Morelos del 2012 al 2015 ha ocupado siempre los primeros diez lugares en delitos de alto impacto, y agregó:
“Actualmente en secuestro ocupamos el segundo lugar, el cuarto en homicidios, el tercero en robo con violencia y el sexto en robo a negocios; pero lo peor son las cifras negras, es decir, aquellos delitos que no son denunciados. La gente ya no denuncia porque no cree ni tiene confianza en la autoridad.
“En la última encuesta realizada, el 86.3 por ciento de la población se siente insegura. A esto agregamos la gran desilusión porque solo el 5% de las denuncias reciben sentencia. Todo ello a pesar de los casi 2 mil millones de pesos gastados en “seguridad” del 2012 al 2015, con recursos federales, estatales y municipales.
“En la entidad se observa, la angustia, la tristeza y la preocupación. ¡Los morelenses necesitan vivir en paz, el pueblo ya no aguanta más! Quienes deberían garantizar seguridad ejercen violencia contra el mismo pueblo, refiriéndose al asesinato de Gisela Mota Ocampo. “Ese hecho dejo clara la vulnerabilidad con la que se vive en Morelos, y que se manifiesta también en otros asuntos no resueltos, como las fosas clandestinas de Tetelcingo y la poca transparencia en el manejo de los recursos económicos, entre otros tantos asuntos.
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