Luz en Jiutepec, sombra en Cuernavaca

Ojos Ciudadanos Por Martín Pérez      ojosciudadanosmorelos@gmail.com

Mientras que José Manuel Agüero Tovar a arrancado con todo, Cuauhtémoc Blanco Bravo no sabe qué hacer en realidad. El alcalde de Jiutepec demuestra su oficio político, mientras que el jefe del gobierno capitalino ha puesto en evidencia su falta de experiencia en la administración pública.

Agüero Tovar empieza a dar resultados en cuestiones que parecen muy simples, pero que impactan en el ánimo de ciudadanos y ciudadanas, como es la limpieza de áreas verdes, pinta de guarniciones y topes y la exención en el cobro del servicio de recolección de basura. Cada familia pagaba unos 30 pesos por el contenido de un bote de unos 150 litros, ahora ese dinero puede ser usado para comprar tortillas, huevo o pan.

José Manuel atendió todos los llamados que le hicieron las diferentes dependencias durante el tiempo en que estuvo como alcalde electo, hizo la visita a diputados federales, delegados federales, a secretarios de despacho estatales, al gobernador del estado y hasta secretarios de estado federales para que fueran etiquetados recursos para Jiutepec para el 2016, que impactarán de manera positiva en la vida de los habitantes de esa localidad.

Agüero Tovar también se dio a la tarea de dar su lugar y llegar a acuerdos con cada uno de los integrantes del Cabildo electo, lo que ha dado gobernabilidad y rumbo al gobierno.

El alcalde de Jiutepec no tuvo problema alguno para nombrar a los secretarios, subsecretarios y directores en todas las áreas, además se dio tiempo para revisar que los funcionarios cumplieran con el perfil profesional para cada área.

Jiutepec, carecía de un convenio de coordinación en materia de seguridad con el gobierno del estado. José Manuel Agüero, con el apoyo del Cabildo, firmó el convenio con la administración estatal y en esta localidad se cuenta con la presencia del Mando Único, además de que se logró una sectorización y colonias que estaban completamente olvidadas ahora cuentan con presencia de los uniformados.

Agüero Tovar se ha ganado a pulso y a lo largo de los años la estimación del pueblo. Es una persona muy querida entre la sociedad, no requiere de un aparato de seguridad especial y siempre se está dispuesto a escuchar y hablar con la gente.

La gente sabe donde fue su casa materna y el domicilio que con su esposa Arcelia y sus dos hijos tiene desde hace años, además se conoce el negocio familiar del Colegio William Shakespeare.

Cuauhtémoc Blanco no ha empezado a rendir resultados a las personas que lo eligieron y a las que no votaron por él. La ciudad se nota descuidada y los habitantes de diferentes colonias se quejan por la carencia del servicio de agua potable. Las manifestaciones sociales empiezan a proliferar.

Blanco Bravo, durante el tiempo que estuvo como presidente municipal electo, no atendió el llamado de las diferentes dependencias. Se negó a acompañar al entonces presidente municipal, Jorge Morales Barud, durante la reunión con los integrantes de la Comisión de Hacienda, Presupuesto y Cuenta Pública del Congreso local en la cual se trató el plan para el refinanciamiento de las tres deudas bancarias que tiene contratadas el ayuntamiento capitalino, lo que dio origen a que esa Comisión diera a conocer al pleno de la LIII Legislatura su decisión de negar la cuarta solicitud de refinanciamiento del ayuntamiento capitalino precisamente por la falta del aval del alcalde electo.

Cuauhtémoc durante este tiempo se dedicó a abrir sucursales de sus restaurantes en la Ciudad de México y en los actos de inauguración fue acompañado por la actriz y diputada federal Carmen Salinas.

El entonces alcalde electo no logró que fuesen etiquetados recursos de la Federación y el gobierno estatal para la ciudad para el 2016.

Cuauhtémoc sostuvo reuniones con integrantes del Cabildo, pero no llegó a acuerdos, entonces esto dio como resultado que se formase el llamado G-9.

El alcalde capitalino no ha podido nombrar a su equipo de trabajo y se recordará que el G-9 hizo algunos nombramientos, los cuales invalidó Cuauhtémoc. El presidente municipal cuenta con ocho votos, sus contrarios con nueve y porque vivimos en una democracia, la mayoría se impone. Esta situación se ve que es un cuento de nunca acabar.

El G-9 acusa a Cuauhtémoc de falsificar documentación y firmas de dos regidoras las cuales supuestamente habían solicitado licencia para separarse del cargo. Las representantes populares desmintieron el dicho de Blanco Bravo.

Cuauhtémoc a su vez reviró que el G-9 atiende los intereses personales de cuatro personas.

En Cuernavaca, prevalece la ingobernabilidad y se desconoce el rumbo que tomará la administración municipal, de plano no se ve por donde saldrá la luz.

Punto y aparte, es el tema del enfrentamiento que se registró entre el gobernador del estado y el alcalde capitalino.

El titular del Poder Ejecutivo estatal hizo el decreto para tomar en sus manos la seguridad en 15 municipios, a raíz del asesinato de la alcaldesa de Temixco, Gisela Mota Ocampo. A Cuauhtémoc no le quedó de otra más que aceptar.

A raíz de las amenazas en su contra, Blanco Bravo se ha rodeado de un operativo de seguridad, formado por unas 50 personas aproximadamente. Habrá que preguntar quién paga el salario y traslados de esta gente. Un empresario calculó el costo del equipo de seguridad en unos 100 mil pesos diarios, lo que es un poco más del salario mensual del alcalde.

Cuauhtémoc llegó a vivir al fraccionamiento Tabachines, en donde al parecer hace unos días rentó una casa. Los vecinos se quejan de la presencia de los guaruras del alcalde capitalino.

La gente desconoce en realidad en dónde vivía Blanco Bravo, aunque legalmente pudieron comprobar que tenía la residencia mínima establecida en la Constitución para ser candidato a la alcaldía capitalina.

Mientras que en Jiutepec, se perfila uno de los mejores gobiernos de su historia, en Cuernavaca se observa que será una de las peores administraciones que han pasado.

Al final, la historia juzgará a cada uno de los alcaldes por sus actos, sin importar que sus decisiones hayan sido inducidas por asesores o funcionarios, porque al final ellos son los responsables y deben cumplir y hacer cumplir lo establecido en la Constitución federal, la Constitución local y las leyes que de ellas emanen.

 

Hasta aquí llegó la tinta por hoy.

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