LO COMUN DE LOS EJECUTADOS. UNA HITORIA IRREAL QUE LASTIMA Y HIERE A LA FAMILIA>>

RICARDO ERICK MONROY SALGADO>>

 

 

  • LO COMUN DE LOS EJECUTADOS. UNA HITORIA
  • IRREAL QUE LASTIMA Y HIERE A LA FAMILIA>>

RICARDO ERICK MONROY SALGADO>>

 

           ¡Oye flaco!, sí, a ti te hablo, te voy a matar!!, y conforme lo decía se iba acercando, hasta quedar frente a “el flaco” (sic).

           Ya de frente, gritó: “-te voy a matar >>sapo<<! Para quien trabajas, dímelo, porque te vas a morir, diciendo y haciendo. Se llevó la mano a la cintura y sacó una pistola.

            Al mismo instante, un carro que pasaba por el lugar  derrapó y el sujeto, (un hombre flaco, con barba como de chivo, moreno), volteó rápidamente al mismo instante que corría para el jardín Pacheco.

            A la persona que amenazó, hizo lo mismo; corrió hasta que se sintió seguro y al ver que el sujeto que lo amenazó ya no lo vió, regresó a su trabajo y comentó lo sucedido.

              Al instante de lo que pasaba, el joven amenazado (no decimos su nombre por respeto y cuidar su integridad física), toco insistentemente la puerta de su trabajo y el vigilante se tardó cerca de 5 minutos para abrirle.

             Cuando la encargada del restaurant donde ocurrieron los hechos, dijo que posiblemente lo habían confundido con algún “tirador” y cuando llegó la patrulla con agentes, éstos le dijeron que en ese lugar hay grupos de cárteles que se disputan el control y la venta de droga: “posiblemente a ti te confundieron”, le dijeron, ¡porque si hubieran ido por ti, te hubiera matado!

             Ya reflexionando el joven amenazado y asustado comentó:  “si me hubiera matado, la gente y las autoridades dirían, “en algo andaba”, sin ponerse a pensar en la integridad respetable de la víctima y su familia, porque es muy fácil descalificar a las personas que asesinan, porque con simpleza lo relacionan con la droga o que pertenece a algún cártel, aunque no sea cierto.

             En lo que respecta a las autoridades, piensan lo mismo, pero lo hacen para ya no investigar y si lo hacen, le dan muchas largas al asunto cuando el ejecutado era completamente ajeno a las drogas y a los cárteles.

            Preguntando aquí y alla, dicen quer esa parte  del centro histórico de Cuernavaca está llenó de malandrines. No lo sé con exactitud, pero sí, ese joven estuvo a punto de ser asesinado.

               Las cámaras del establecimiento no mienten; captaron todo y se ve claramente cuando el sujeto de marras está sacando la pistola.

ESCRIBIÓ RICARDO ERICK MONROY.

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