En Morelos vivimos un gravísimo ambiente de inseguridad en el que, al salir a realizar nuestras actividades diarias, nadie sabemos si vamos a volver. Las cosas han llegado a tal grado, que se ha asaltado en grupo a los comensales en un restaurante o, como ocurrió ayer, a plena luz del día, se asesinó al conocido operador financiero. Juan Carlos Rubí Rodríguez, hijo de mi estimado amigo Jesús Rubí Díaz, integrante de una de las familias más queridas y respetables de nuestra entidad.
El condenable acontecimiento, ocurrió en la colonia San Cristóbal, alrededor de las 10 de la mañana, en un concurrido estanquillo de venta de almuerzos que opera en ese lugar desde hace unas 3 décadas. Los reportes informativos indican que un sujeto de bajó de una camioneta y, sin más, le disparó a quemarropa, mientras el joven representante de una de las más importantes financieras del país, almorzaba en el lugar.
Y mientras ese hecho, como muchos otros, se sumaba a la historia roja que desborda los ríos de sangre que inundan a Morelos, el gobernador Graco Ramírez exhibía una más de las soluciones de cartón; un castillo más de arena, con el que según él se devolverá las extraviadas paz y seguridad a nuestro Estado.
Mientras el descontento social desbordaba las calles del Centro Histórico de Cuernavaca, con la exigencia de que se le incoe juicio, para que de una vez por todas se largue de Morelos y siga sangrando, física y económicamente a los morelenses, Graco festinaba su último negocio: la inauguración del llamado C-5, un centro de control y mando, según él, de última generación.
Como es su costumbre, volvió a los noticieros radiofónicos nacionales, en transmisiones en vivo, para echar campanas a vuelo y repetir, como lo ha hecho desde que asumió la administración estatal, que ahora sí, se hilvanaron los elementos necesarios, es decir, la tecnología de punta, el equipo humano para operarla y la coordinación con los tres niveles de gobierno, para devolver la paz y la seguridad a los morelenses.
Para la inauguración de ese centro, que según Graco costó mil 200 millones de pesos, asistió el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong quien, sin mayor recato, se prestó a abultar la mentira, a atizar las falsas expectativas y a prometer, lo que en el ámbito nacional ha sido capaz de coordinar: la eficiencia en la tarea de las corporaciones policiacas en el centro del país.
Y, ajenos, tanto Graco, como Osorio Chong, al proverbio judío que dicta que Con una mentira suele irse muy lejos, pero sin esperanzas de volver, se desbordaron en el elogio mutuo y ramplón, en el gritoneo de cifras alegres que, ambos, saben que son mentira.
Seguramente, porque no vive en Morelos, ni se entera de lo que ocurre en el resto del país, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se atrevió a afirmar que el estado de Morelos es referente nacional del antes y el después en la disminución de la violencia y la comisión de delitos, producto de la acción coordinada y el compromiso del gobernador Graco Ramírez con el tema de la seguridad.
Frente a lo anterior, habría que invitar al desorientado y extraviado funcionario federal, a que consulte el Informe de víctimas de homicidio, secuestro y extorsión 2014, que elabora el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, con cuya instancia el señor Osorio supongo que mantiene contacto permanente.
Pero por si no lo sabe, en ese reporte estadístico, Morelos se coloca mes a mes, en los primeros lugares en cuanto a los gravísimos delitos de secuestro, asesinato, extorsión, robo de vehículo y más, que en conjunto, hacen de nuestro estado uno de los más inseguros del país.
Por si eso fuera poco, el señor Osorio Chong debe ignorar que el cacareadísimo Mando Único, bajo las órdenes del desprestigiado y cuestionado tijuanense Alberto Capella Ibarra, no es más que una corporación atiborrada de mandos vinculados con el crimen organizado y agentes policiacos que han pagado su permanencia en las corporaciones, a fin de mantener sus placas y sus licencias para robar a los morelenses y a quienes nos visitan.
Hay que invitar a Osorio Chong a que se informe, a qué pregunte por qué, a su contra parte del Departamento de Estado de Estados Unidos, ha incluido a Morelos en las alertas de viaje dirigidas a sus ciudadanos.
Entonces, cuando esté informado de lo que sucede en Morelos, entonces, que nos visite y que no venga a echarnos cuentos chinos, que venga para anunciar decisiones serias y a suscribir compromisos que acrediten el interés de la federación, por lo que pasa en Morelos.