TERTULIA POLÍTICA, Por Pedro Martínez Serrano
La cofradía de la mano caída, La mafia de perredista
Hoy Morelos se encuentra en una situación política-emocional, similar a la que describe el periodista y escritor Rafael Loret de Mola, en el polémico libro que lanzó al mercado, hace más de 15 años y que tituló La cofradía de la mano caída. En ese libro, Loret de Mola exhibió la existencia de una mafia, como la perredista que hoy controla y saquea el Estado, cuyo principal instrumento para acceder al poder público, es la inclinación sexual de sus integrantes, a las personas del mismo sexo.
En diciembre de 1999, en su Astillero, publicado entonces en La Jornada, Julio Hernández López apuntó: La política mexicana está llena de rumores relacionados con la vida sexual de algunos de sus más destacados personajes. Tales díceres no provienen sólo de una visión moralina, deseosa de invadir o juzgar las preferencias de cada cual, sino también de los indicios de que, a partir de tales definiciones, se han tejido grupos de interés que influyen de manera importantísima en la vida pública del país.
Lo anterior viene a tema, porque a partir de que Graco Ramírez Garrido asumió la titularidad de la gubernatura del Estado, cobraron fuerza los rumores, de que su primer círculo, sus preferidos, son gente identificada, aunque dentro del closet, con el colectivo lésbico, gay, bisexual y transexual.
Y aunque se conocen algunas anécdotas relacionadas con presuntos hechos de homo-sexualidad de políticos importantes, de los más cercanos a Graco, me deslizaron la versión de que, en el evento en que se le confirmó la candidatura al gobierno del Estado, allá en la Ciudad de México, Graco abrazó emocionado a suElenita, a quien sólo dio dos o tres palmadas, para luego abalanzarse sobre Jorge Messeguer, con quien festejaba emocionado, apasionado. El efusivo abrazo, motivó que uno de los presentes soltara entre dientes, casi inaudible: échenles agua.
Juan Ángel Flores Bustamante
Amigo, consentido y de los preferidos de Graco Ramírez, el diputado del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Juan Ángel Flores Bustamante (a quien descubrieron, que en viaje relámpago, fue a darse gusto con los brasileños), integrante distinguido de la poderosa cofradía perredista, hace desde el Congreso del Estado, lo que mañosamente favorece a otros de los integrantes de su equipo.
Así las cosas, el bloque perredista en el Congreso del Estado, pastoreado por el delicado y modoso Flores Bustamante, no le importa complicar la operación y correcto funcionamiento de los municipios, al condicionar la autorización de créditos emergentes, al conocimiento del destino electoral de sus integrantes.
En el caso de Cuernavaca, donde se padece con rudeza la consecuencia de los pasivos que arrastra, dice el diputadete, que se abre la posibilidad de que el Congreso, analice la aprobación de una reestructuración de deuda, sin embargo, como en los contratos leoninos y tramposos, en la letra chiquita, acomoda que la revisión iniciará después del proceso electoral del 7 de junio, para evitar que las facilidades financieras que se obtendrán con un refinanciamiento se utilicen para fines electorales.
Ofensivo y como si todos los actores políticos, estuvieran marcados por la corrupción, el agandalle y la trampa electoral, como en la que incurren sus operadores en la promoción de su candidato Jorge Messeguer Guillén, el destacado integrantes de la cofradía perredista lanza un escupitajo al cielo, que más temprano que tarde, le embarrará el rostro, dice que no pueden arriesgar que esos recursos, que pudieran ser utilizados en campaña. Y cínico, una condición muy propia de los de su cofradía, dice que no pueden actuar de buena fe, pero no sabemos cuál va a ser la posición de allá enfrente,
La realidad de las cosas no es el destino que se vaya o no a dar a los re cursos que se han solicitado para refinanciar la deuda del ayuntamiento, lo que ese sujeto pretende, en acuerdo con los de su calaña perredista, es conocer el resultado electoral y si éste favorece a Messeguer, para entonces agilizar la aprobación. Lo dicho, la cofradía perredista de la mano caída, no tiene llenadera, todo quiere.