TERTULIA POLÍTICA, Por Pedro Martínez Serrano
Intimidación
Los signos que marcan el proceso electoral que concluye el domingo próximo, me hacen recordar lo que sucedió en 1989 en Baja California cuando, en medio de una feroz guerra sucia en su contra, Ernesto Ruffo Appel se levantó con el triunfo, en la jornada comicial del 2 de julio de 1989.
Durante los años que radiqué en Tijuana, tuve oportunidad de trabar amistad con el primer gobernador surgido de un partido distinto al PRI. Durante algunos años nos reuníamos casi cada semana, para platicar y evaluar la posibilidad de que lo apoyara en la redacción de un libro, del que ya hasta me gasté lo que me adelantó la editorial, me confió entonces en su oficina de la Zona del Río de la norteña ciudad.
Me platicó entonces que los priístas andaban bien bravos, porque sentían que se les iba de las manos el gobierno. Xicoténcatl Leyva había hecho un gobierno desastroso y corrupto, de abusos y violaciones de derechos humanos (igual que ocurre en Morelos, con Graco Ramírez), que motivaron que el presidente Carlos Salinas lo enviara de cónsul a una ciudad estadounidense sin importancia para México.
También como hoy sucede en Cuernavaca, en Baja California, a medida que se aproximaba la elección, a Ruffo se le inventaron asuntos y se le exhibió como aliado de los hermanos Arellano Félix. Se construyeron muchas y muy variadas historias a su alrededor, la más repetida, que su hermano Claudio, protegía a células del crimen organizado. Nunca se le probó nada.
Y, como ocurre en Cuernavaca, desde el gobierno el Estado se busca hoy violentar la elección, de ser posible romperla, con la intención de que se anule. No aceptan que la derrota de su candidato, Jorge Messeguer Guillén es ya irreversible, de ahí la importancia de motivar acciones de defensa del voto, desde los diferentes frentes en que se motiva.
A saber, hay que acudir acompañados a las urnas, porque tengo información que hace un par de días, llegó de Tijuana para trabajar exclusivamente en Cuernavaca, un grupo de hasta 300 golpeadores y gatilleros, que vienen a hacer, a ejecutar lo que les sea ordenado por Jesús Alberto Capella Ibarra.
Dentro de la defensa del voto, me platicó Ruffo Appel hace más de una década, que grupos vecinales, guardianes de la democracia, se instalaron a distancia prudente de las mesas receptoras de votos y estuvieron alerta para contener cualquier irregularidad.
Ya ves lo que pasó en la F. Martínez (la escuela primaria de más tradición en Tijuana), cuando llegó Hugo Abel Castro con su grupo de choque, para tratar de robarse las urnas… Los guardianes electorales se lo evitaron; le hicieron frente con palos y piedras, me comentó entonces.
En Cuernavaca, los propios vecinos de las casillas, debemos hacer frente a la embestida oficial, porque lo mismo policías del Mando Único, que los grupos de choque venidos de fuera, van a motivar el desorden; van a provocar detenciones arbitrarias y, agazapados, los perredistas de cúpula, van a señalar los blancos.
Estoy seguro que como lo hicieron en Tijuana en ´89, se hará hoy en Cuernavaca, cuando en las zonas de mayor presencia priísta, se eche a andar a provocadores, lógicamente serán sujetos tatuados y con distintivo de fuereños. La intención en generar miedo en el electorado para que no salga a sufragar.
Por lo anterior, si el día de la elección se nota la presencia de policías del Mando Único, auténticos y/o clones, que los habrá y muchos, hay que estar uy alerta para prevenir ser detenidos. No hay que ni voltearlos a ver, muchos menos a los pelones, tatuados y con pantalones cholos, ajenos al vecindario. Hay que ir a votar y listo, sin provocar, ni atizar provocaciones.