homopolíticus | pavesoberanes
Honorable Congreso
Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero.
Voltaire (1694-1778) Filósofo y escritor francés.
Tras ocultar su verdadero rostro con el antifaz del sepulcro blanqueado durante la gira electoral, diputadas y diputados de Morelos dan de qué hablar.
Si quienes aprobaron la reforma al artículo 58 constitucional hicieron mal, porque con sus votos empoderaron al transeúnte con la Gubernatura, peor los actuales que no sólo se alquilan como empleados del poder Ejecutivo, sino que son cómplices en su ambición sin medida, acumulando fama y fortuna.
Luego de comportarse como los hipócritas que oran en público o reparten dones para que los vean, pidiendo el voto y alegando que todo va a cambiar y a menos de dos meses de causar cesantía de sus cargos actúan como delincuentes vulgares que tienen todo el tiempo para primero planear y luego perpetrar el siguiente golpe, han vendido muy barata su dignidad.
Faltos de honradez, se han habituado a la vulgaridad, y quieren más. Toda definición de delincuente es de vergüenza, pero la ejercitada por las diputadas y diputados, en la muy bien llamada Cámara de los Comunes, es la peor. Sí, porque actúan en pandilla, de común acuerdo, como el crimen organizado, y todo por dinero.
Los criminales de cuello blanco no son mujeres y hombres comunes. Sus rasgos morfológicos y psíquicos los hacen especiales, pero diferentes del resto. La insensibilidad moral y falta de remordimientos, la imprevisión en grado portentoso y una gran impulsividad corriente, los delata.
La antropología criminal muestra varios tipos de delincuencia, pero la de cuello blanco –la que ejercen ahora diputadas y diputados de Morelos- es la peor de todas. Lombroso decía que a determinado tipo de individuos llevar cosas robadas a casa o dinero mal habido, les causa placer. “Y hasta dan gracias a Dios”, dice el sacristán de Catedral.
En El templo de las leyes no escritas de Matamoros 10 no existen los delitos de cuello blanco. Ni siquiera los más comunes: tráfico de influencias, extorsión, fraude, lavado de dinero, cohecho, malversación de recursos, latrocinio. El honorable Congreso del estado está convertido en una caja fuerte abierta y la orgía de extralimitaciones llega a niveles de escándalo.
Como el clásico grito de voceador: “¡Los traemos retratados!”.
letraschiquitas.- El lector RC me envía un apunte del libro La inteligencia fracasada. Teoría y práctica de la estupidez, [José A. Marina, Anagrama, Barcelona, 2008, p. 157], con motivo de mi entrega ‘Morelos sin Graco’ [DO280615], y lo aprecio: “Un fracaso en los sistemas ejecutivos puede darse por exceso o por defecto. El exceso es la tiranía, que en ocasiones es aceptada gustosamente por la sociedad, lo que supone un fracaso de su inteligencia. El miedo, por ejemplo, impulsa a esa abdicación de la libertad. El defecto es la anarquía, cuando quiebran todos los sistemas de control. Suele llevar a la tiranía por compensación. Herodoto cuenta que cuando moría el emperador de Persia se suspendían durante cinco días todas las leyes. Los desmanes sufridos durante ese paréntesis anárquico hacían que el pueblo anhelase la llega de un nuevo emperador”.