TERTULIA POLÍTICA, Por Pedro Martínez Serrano
Espigadito y modosito
El equipo de campaña de Jorge Messeguer Guillén, el candidato de Graco Ramírez a la presidencia municipal de Cuernavaca, se ha dedicado a conducirlo, por una ruta en la que lo exhiben como estúpido, ignorante, oportunista y, en suma, condenado a la derrota electoral el próximo 7.
Y es que no hay asunto que les resulte, que si no les abona, que no les pegue; que no se convierta en un autogol. Cada que la torpeza personificada y orquestada en el equipo de campaña del pequeño Messeguer, por el delicadito y arrebatado Rodrigo Gayosso Cepeda, genera un tema, el mismo se les revierte.
Veamos:
Cuando el ahora espigadito y modosito, Rodrigo Gayosso, ya curado de sus adiciones gracias a Oceánica, decidió que su empleado, su gato, Jorgito Meade González, el hijo del delegado de Sedesol en Morelos, Jorge Meade Ocaranza, se convirtiera en coordinador de campaña de Messeguer, pensó que sería el gran acierto electoral. No fue así. El asunto fue contraproducente. Afectó, afecta más que favorecer.
A Meade González ya nadie lo consideraba priísta. Los priístas sabían que desde que salió del ayuntamiento, en donde se atiborró de billetes los bolsillos, al amparo de Gayosso, estaba más cerca de los intereses de aquel y su padrastro, Graco Ramírez, que de cualquier interés partidista.
Cuando se anunció su suma a Messeguer, en el PRI se le agradeció al señorito Rodrigo, que se llevaran la basura de sus filas, personificada naturalmente por el mismo chalán que le ha servido al hijastro, igual para prestarle el nombre de su esposa, para la compra de un lujosísimo departamento en las Torres de Santa Fe, allá en la Ciudad de México, que para andar de corre-ve-y-dile y/o como gestor de permisos y componendas que ayudaran a la apertura de Jardines de México.
Luego, ya con la asesoría y conocimiento de la vida de Maricela Velázquez y su familia, por parte del estratega perredista Meade González, se desató una rabiosa campaña de golpeteo y rumores en contra de la candidata de la Coalición por la Prosperidad y la Transformación de Morelos (PRI-PVEM-Nueva Alianza).
Las primeras llamadas telefónicas y los primeros panfletos que hicieron circular, los vieron como el gran éxito, como el gran brinco en el ánimo electoral. Comenzaban a celebrar; apenas se empezaban contornear, con ese estilo muy propio de lo suy@s, cuando el asunto les explotó en la cara. No resultó, lo menos que les llamaron, fue misóginos, ladrones, cobardes y destemplados.
Luego se dedicaron a descalificar la Feria de la Primavera, que se realiza en ese recinto de Acapanzingo, en cuya construcción robaron hasta que se hartaron lo mismo Jorgito Meade que el siempre delicadito y modosito, correctito-correctito, Rodrigo Gayosso.
Cosas de la vida, mientras que su candidato, el apocado Messeguer vociferaba contra la feria y su organización, como queriendo arañar a sus adversarios, lo mismo Jorgito Meade, queGayosso buscaban boletos de a gorra para ir a ver a su cantautora favorita: Gloria Trevi.
Y aunque el hijastro no acudió, su estratega político, como les dicen ahora para disimular, ahí estaba, amontonado entre amigas y amigos, coreando las canciones de la Gloria Trevi, contorneándose emocionado de presenciar el espectáculo.
Ya repuestos y con el revés a cuestas, de que no pudieron parar la feria, menos la presentación de Gerardo Ortiz, siguieron en lo suyo: tratando de ensuciar a los de enfrente, para entonces ellos verse limpios.
Ahora se fueron en contra del ayuntamiento y una vez más, en contra del presidente municipal Jorge Morales Barud; en esta ocasión con el tema del servicio de limpia y recolección de basura en la ciudad.
Echaron mano para ello, del sometimiento con el que trabajan en el Tribunal Superior de Justicia frente a Graco Ramírez y consiguieron una resolución favorable a PASA. El asunto se les volvió a caer. En esta ocasión, unos minutos después de que la primera sala emitió su resolución, entró el ampro interpuesto por los abogados del SIREC.
El golpeteo y los rumores se les revierten y los escupitajos al cielo se les embarran en la cara.