E L D O M I N G O.
VIO Y CREYÓ.
El testimonio gozoso de la iglesia es unánime y universal: Jesús está vivo; Dios lo resucitó, y ahora vive en nosotros y entre nosotros. Desde el principio, este ha sido el anuncio central: “Dios resucitó a Jesús y nos ha hecho verlo, para que demos testimonio de que es juez de vivos y muertos”. Este mensaje fundamentalmente llena de alegría a los creyentes de todos los tiemopos, pues proclama que nuestro Dios vive y reina para siempre.
La resurrección de Jesús da sentido a nuestra fe y nos invita a creer desde una nueva perspectiva. No se trata de pedir pruebas, sino de interpretare las señales de Dios a la luz de las Escrituras. Así lo hicieron Pedro y el otro discípulo, partiendo del testimonio de María Magdalena: “Se han llevado del sepulcro al Señor”. Las vendas en el suelo y el sudario apartado también guiaron su comprensión, junto con el anuncio bíblico de la resurrección.
Creer en Cristo resucitado transforma nuestra vida: nos abre al perdón, a la búsqueda de bienes eternos y a vivir en la verdad. Guiados por su Espíritu, celebremos con alegría la Pascua del Señor.