EL DOMINGO.>> “Tú sacias de favores a todo viviente”>>

17 Domingo del Tiempo Ordinario/28 de julio de 2024>>

EL DOMINGO.

“Tú sacias de favores a todo viviente”>>

     Durante algunos domingos interrumpimos Las narraciones de san Marcos y escuchamos a san Juan en un capitulo centrado en el tema del pan. Y conforme vayamos escuchando, no olvidemos que se trata de un texto que hay que leer en conjunto.

     El profeta Eliseo sirve de trasfondo para escuchar a san Juan. Los panes traídos  por un hombre de Bal-Salisá equivalen a los cinco panes y dos peces que traía un muchacho. En ambos casos el cálculo humano es lo primero que aparece “eso sirve para uno, o par unos cuantos, pero no alcanza para todos”. Pero en ambos casos interviene la mano de Dios, que realiza obras sorprendentes. y en ambos casos hubo pan para todos y hasta sobro.

      La accione de Jesús provoca una reacción relativamente comprensivo: la gente pensó que  podían desentenderse de sus afanes por el pan cotidiano si lograban que Jesús aceptará ser su líder: tendrían siempre suficiente pan para para comer. Pero Jesús pone en claro una primera indicación:  el asunto no tiene que ver con el pan cotidiano, sino con otro tipo de pan.

     Por lo pronto, hay una dinámica que queda evidente: lo que  para nosotros es insuficiente, puesto, sin embargo, en las manos de Dios siempre superará nuestros cálculos, porque Él es siempre mayor que nosotros. Lo que argumentaron tanto el criado del profeta Eliseo como Andrés, aun respondiendo a una lógica elemental bien  fundamentada en la realidad, queda superado por la acción poderosa de Dios. Él sabe convertir en mucho lo poco que  podamos presentale; lo que nosotros le ofrecemos es poco, pero con eso bendice a muchos. Nuestros cálculos siempre se quedarán cortos ante el poder de Dios. Por eso podemos dar paso a la confianza, junto con el esfuerzo constante, nos toca hacer lo que Él nos ha encargado realiza, aunque nos parezca  poca cosa, aunque resulte insignificante ante las grandes necesidades  que observamos. Dios  sabe transformar los pobres esfuerzos en grandes bendiciones. Si logramos entender esto, sabremos que nada es ta poco ni tan pequeño ni tan sin valor cuando ponemos en las manos de Dios.

 

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