EL DOMINGO.>>
“Para Dios todo es posible”.
Dos Individuos más se acercan a Jesús, siguiendo los pasos de un hombre que había sido endemoniado en Gerasa y un leproso marginado. El Tercero, sin embargo, está poseído de forma diferente, su apego a las riquezas lo distancian de la verdadera plenitud de la vida. A pesar de su fe y su deseo de heredar la vida eterna, se aferra a sus posesiones materiales. Jesús, en respuesta a su búsqueda, le ofrece un camino: desapegándose de sus bienes y seguirlo.
El hombre, sin embargo, se siente abrumado por la idea de abandonar sus posesiones y se marcha, entristecido. Incapaz de comprender la lógica del Reino de Dios. Jesús advierte a sus discípulos sobre los desafíos de la riqueza en el camino hacia el Reino, pero les recuerdo que, con la ayuda de Dios, incluso lo más difícil es posible.
El mensaje es claro: seguir a Jesús implica desprenderse de todo, incluso de las riquezas, para abrazar una nueva forma de vida basada en el amor fraterno y la comunión con Dios. Aquellos que renuncian a todo por el Reino son prometidos con una nueva familia y la vida eterna.
