EL DOMINGO.>>
“Comer, masticar, ingerir”>>
Jesús aclara que ser alimentado por él va más allá de recibir su palabra o seguir su voluntad; implica literalmente comer su carne y beber su sngre. Esto desencadena un debate entre los judíos, quienes comprenden que Jesús se refiere a algo real, no sólo simbólico. Este concepto se suma a la dificultad de aceptar que consumir su carne y su sangre es vital para obtener la vida eterna. Ese es el camino trazado para los creyentes alimentarse de su palabra, de su espíritu, vivir de él pero de tal forma que eso implique también comer su carne y beber su sangre. Lo literal se suma a lo simbólico.
Jesús se presenta como el verdadero pan, superior al maná del desierto, pues quellos que lo comieron, murieron, mientras los que se alimentaron de él obtienen la vida eterna y la promesa de resurrección. Esta experiencia se expresa como comunión, donde quien come y bebe a Jesús permanece en él y él en ellos, ofreciéndoles la misma comunión que él tiene con su padre.
Es esencial entender que Jeús habla de un acto físico de comer y beber, no simplemente de admiración o adoración. Si bien estos actos son importantes, tan solo complementan la idea fundamental de alimentarse de Él: adorar a Jesús en la Eucaristía sin consumir su cuempo y sangre es insuficiente.