EL DOMINGO.>>
“Cumplan los mandamientos del Señor”
En el Sinaí, Israel estableció una alianza con Dios, convirtiéndose en su pariente cercano. En este pacto, anbas partes tenían responsabilidades que cumplir para mantenerlo vigente. El pueblo de Israel se beneficiaba enormemente, ya que Dios siempre cumplía su parte.
Esta alianza viene con condiciones y beneficios claros. Cumplir los mandamientos traía consigo la promesa de vida y la entrada a la tierra que Dios les había prometido. El mayor beneficio era vivir en armonía con los designios divinos y convertiste en un pueblo sabio y justo.
Sin embargo, a lo largo de la historia, el pueblo de Israel enfrentó desafíos para comprender y aplicar los mandamientos en diferentes contextos. A menudo estas interpretaciones llevaban a desviaciones de la voluntad auténtica de Dios.
Jesús reprende al pueblo por apartarse de los verdaderos preceptos divinos. Critica las prácticas externas que vacían el culto verdadero y señala que la verdadera impureza proviene del corazón y se manifiesta en acciones malignas.
La alianza sigue en pie y nos corresponde cumplir nuestra parte. Para hacerlo, debemos vigilar nuestras intenciones y asegurarnos de que sean puras. Esto requiere sabiduría y una voluntad firme, pero con la gracia de Dios, es posible.
