El Anecdotario y Experiencias del Periodista Edmundo Castañeda Portilla

PERIODISTA EDMUNDO CASATÑEDA>>

Edmundo Castañeda >>

Me tocó en suerte, en días pasados, tener una experiencia desagradable con un proveedor que no cumplió con los servicios que ofrecía y el cual, en cambio, por medio de uno de sus técnicos abusó de la confianza depositada en él. Hoy que ha transcurrido más de una semana, deseo compartir lo que me ocurrió, a fin de procurar que otra persona incauta como yo, no corra con la misma suerte. A continuación los hechos:
El pasado sábado siete de julio del 2018 (contra mi costumbre) busqué en Internet un servicio de reparación de refrigeradores e ingresé en la página de sección amarilla electrónica (para mí un nombre de prestigio, al menos en lo referente a la sección amarilla impresa) encontrando el siguiente proveedor cuyos datos son:
SERVICIO TECNICO RC
FELIPE CARRILLO PUERTO 108 1, LA CAROLINA , CUERNAVACA , MOR , C.P.62190
(777)102-3762
Llamé al número mencionado y una mujer joven a mí parecer ( quien dijo llamarse Arely), envió a mi domicilio para revisar un refrigerador a un joven quien a su vez, al expedir la nota de remisión, escribió el nombre Diego Martínez y pidió 400 pesos a cuenta, de un total de mil 500 pesos por reparar el sistema de deshielo (presupuesto de por sí elevado según lo comparé después con otro proveedor), ofreciendo regresar el lunes siguiente. En un primer momento dudé en entregarle dicha cantidad al joven mencionado (realmente fueron $500.00 (quinientos pesos, pero a éstos había que descontarles cien pesos por concepto de revisión). Sin embargo, pensé,¡ hay que creer en los jóvenes!.
No cumplió y el mismo lunes nueve de julio lo llamé (tiene un número con lada de la ciudad de Cuautla 735-272-73-70) y prometió iría el martes 10 de julio pero tampoco fue. Llamé al primer teléfono mencionado (777)102-3762, y otra mujer, quien dijo llamarse Patricia, aseguró que el técnico iría el miércoles 11 de julio, pero tampoco sucedió lo prometido. Llamé de nuevo por teléfono y otra mujer quien expresó se llama Montserrat, se negó a proporcionarme la dirección del establecimiento por estar supuestamente en remodelación. Ahora sé, por ella, que la dirección de Cuernavaca la cual aparece en el anuncio, no corresponde al negocio y se negó a proporcionarme la ubicación exacta de una supuesta dirección en la ciudad de México.
No doy mayores detalles para no hacer tan cansado el relato, pero conservo el comprobante que me dio el joven técnico (quien dejó desarmado el interior del refrigerador). Con ese documento y los datos publicados en Internet acudí a la delegación de PROFECO en Cuernavaca en la cual, una mujer muy atenta, pero seria, me aclaró que sin la dirección exacta la institución no puede intervenir por no haber lugar en donde emplazar al proveedor, aunque tuviera yo los números de teléfono.
-Lo que podemos hacer es una recomendación, me dijo con tranquilidad.
-¿Y cuál es la recomendación?, le pregunté interesado.
-Que no contrate o utilice los servicios de proveedores que no estén debidamente establecidos o que lo haga por Internet sin cerciorarse de que el negocio está en una dirección física determinada.
A mi pregunta de por qué no le llamaban por teléfono al servicio de refrigeración, la colaboradora de PROFECO me respondió que la procuraduría mencionada es conciliadora y no investigadora como la fiscalía.
Total que después de meditar un par de días sobre la utilidad o inutilidad de buscar la dirección real del proveedor (haciendo la tarea de Sherlock Holmes), llegué a la conclusión de que era mejor donar el aparato descompuesto con varios años de uso y comprar uno nuevo en abonos o al contado.
“Si ya perdí dinero, ahora ya no perderé mi tiempo”, me dije. Y, ya un poco más sereno, pensé que el joven incumplido me dio un curso rápido de lo que no se debe hacer en materia de proveedores. Buenas tardes y ojalá esta experiencia le sirva a alguien

facebook

Bookmark the permalink.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.