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“Ya está a la puerta”
La primera lectura y el Evangelio comparten un lenguaje apocalíptico, difícil de interpretar. ¿Hablan del fin del mundo? Aunque parece así, los textos anuncian algo diferente: Dios está iniciando algo nuevo, un mundo renovado en Jesús.
En el libro de Daniel se sitúa en la persecución religiosa de Antioco Epífanes, una etapa de gran angustia para los judíos. La caída del tirano marca el inicio de la salvación para los justos. El Evangelio inspirado en Daniel, se dirige a los cristianos de Roma tras la persecución de Nerón. Han sufrido martirios, divisiones, y el imperio está en caos. Los cristianos de Roma están confundidos y tentados a rendirse.
Jesús, sin embargo, llama a no alarmarse: aún no es el fin, sino el principio de los dolores de parto, porque Dios está haciendo algo nuevo. Jesús nos insta a interpretar correctamente las situaciones difíciles. Aunque hoy leamos guerras y conflictos como señales del fin, Jesús dice que en medio de la confusión surge la luz. Los poderes inhumanos caerán y el reino del Hijo del Hombre se establecerá.
Tenemos esperanza porque Dios está aquí. Nuestra generación puede recibir a Jesús, que está cerca. Creamos en Él y confiemos, porque sus palabras no pasarán.
