TERTULIA POLÍTICA, Por Pedro Martínez Serrano
El gobernador Graco Ramírez es un sujeto medio loquillo, pero perverso y tramposo, además de ratero, pero también muy habilidoso para quitarse la marca de quienes, como todos los morelenses, exigimos que se largue de Morelos; que se le incoe juicio político, se le retire el fuero constitucional y enfrente las demandas penales interpuestas en su contra por la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos (CMMC), por medio de la abogada Ruth Arias.
Y aunque él y su familia, especialmente su distinguida y refinadísima esposa, Elena Cepeda de León, orquestan a las focas aplaudidoras ─como llaman a quienes pagan para aplaudir sus abusos y ocurrencias─ para desacreditar el cuestionamiento social y desprestigiar a quienes lo abanderan, cada vez es más ensordecedor el grito que exige ¡Fuera Graco!
Mientras los morelenses se movilizan y multiplican la exigencia de que Graco Ramírez sea llevado al banquillo de los acusados, y castigado por el multimillonario desvío de recursos en que ha incurrido, pero también por la complicidad policiaca con el crimen organizado, que tiene de rodillas y en estado de indefensión a los morelenses, el gobernador y el equipo de su cuarto de guerra, generan a diario distractores; trampas mediáticas para que la gente voltee a otra parte y cuestione en el lugar equivocado.
Tengo la impresión que uno de esos asuntos, que aprovecha Graco y el pelele que despacha como secretario de gobierno, Matías Quiros Medina para intentar distraer la atención de los morelenses, en el rosario de abusos, raterías y estupideces en que incurren a diario, es el asunto de Temixco, en donde las cosas se han llevado al exceso de instalar un platón en el Congreso del Estado, para exigir que se revoque el mandato a la presidenta municipal Irma Camacho y que se respeten las decisiones de Gisela Mota, es decir que se mantengan los nombramientos que hizo el día en que tomó posición.
Con absoluto respeto al dolor y a la militancia partidista de la madre de Gisela Mota, la señora Juana Ocampo, a quien utilizan para abanderar la exigencia de que sea ella quien asuma la presidencia municipal, debo anotar que es una causa perdida, por la ilegalidad que reviste, y no tiene otro propósito que atender un capricho, una revancha del loquillo que desgobierna Morelos, Graco Ramírez, en contra del senador perredista Fidel Demédisis Hiudalgo.
Con todo ello, en el Congreso del Estado, se han atendido los misiles que desde diferentes flancos son enviados al recinto legislativo de Matamoros; por ejemplo, en este caso, el presidente de la Mesa Directiva, el diputado Francisco Alejandro Moreno Merino salió al paso y se acercó a dialogar con quienes mantienen el plantón.
En ese encuentro, Moreno Merino se comprometió que el Congreso sea el mediador y, a través del diálogo entre las partes, se resuelva la problemática que plantea ese grupo de personas de Temixco, manteniendo siempre el respeto al marco jurídico, dejando de lado los sentimientos y emociones partidistas y acatando lo que dicte la Constitución.
La comisión encargada de atender esta situación, la integran los diputados Enrique Laffitte Bretón, Silvia Irra Marín, Víctor Manuel Caballero Solano y Mario Alfonso Chávez Ortega. Estoy seguro que la señora Camacho se mantendrá como alcaldesa, porque eso dice la ley y dicta la legalidad.
Por lo que toca al juicio político en contra de Graco Ramírez, que todos los morelenses deseamos le sea incoado, creo que el tema será resuelto en la Ciudad de México, en donde los dirigentes de los partidos son los que se ponen de acuerdo, con el secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio. En ese tema, aquí se hará lo que dicten las dirigencias, ni más ni menos.