TERTULIA POLÍTICA, Por Pedro Martínez Serrano
Desprestigio
Pedro Martínez Serrano
La entrega de ayer, con relación a los presuntos ilícitos en que se ha involucrado el Notario Dos del distrito de Cuernavaca, Hugo Salgado Castañeda, motivó una cascada de señalamientos en contra del fedatario, la mayoría de ellos para poner en duda la honorabilidad y honradez, con que se supone debe conducir esa representación.
Más allá de la certificación de documentos, a través de los cuales se ha defraudado a miles de personas, especialmente en fraccionamientos clasemedieros, pero también la presunta falsificación de testamentos, para despojar de bienes a herederos, incluso de familias reconocidas y prestigiadas de la ciudad, la entrega de ayer, motivó que me fuera deslizado un documento que muestra al Notario Salgado Castañeda, como un sujeto sin escrúpulos y vinculado a mafias internacionales.
El botón de muestra, me dicen, es el vínculo del Notario Salgado con la organización criminal que operaba la red financiera al servicio de Bettino Craxi, ex Primer Ministro de Italia y, aunque el tema no pudo más que sorprenderme, tanto como decepcionarme, por la honradez y honorabilidad que suponía debe distinguir a los fedatarios, creo importante compartirlo con quienes me hacen favor de leer la Tertulia Política.
El texto que me envió una persona que asegura conocer perfectamente al señor Salgado Castañeda, tanto que también fue defraudado con varios millones de pesos, al amparo de documentos pasados por su fe notarial, recuerda que durante los años 1993, 1994 y 1995, Hugo Salgado Castañeda, estuvo relacionado con una investigación realizada por el gobierno de Italia, denominada Mani Pulite (Manos Limpias) sobre una extensa red financiera instrumentada en diversos países para lavar recursos de Bettino Craxi, Primer Ministro de aquel país entre 1983 y 1987, así como varios de sus ex colaboradores y cómplices.
La investigación fue iniciada por el gobierno italiano y consignada al Tribunal de Milán, que posteriormente solicitó la cooperación de la Interpol para la localización y presentación de varios de los implicados en la red delictiva multinacional, así como para la detección y aseguramiento de cuentas bancarias, inversiones e inmuebles que fueron adquiridos por los operadores que, así, lograron blanquear decenas de millones de dólares.
En México, el gobierno italiano solicitó el apoyo del gobierno de la República, a través de la Procuraduría General de la República (PGR), para detener cómplices de la red financiera, radicados en particular en Cuernavaca, así como para el aseguramiento de diversos inmuebles adquiridos supuestamente con recursos ilícitos, generados a través de millonarias comisiones recibidas por Bettino Craxi y sus colaboradores cercanos, por la asignación de contratos de dependencias de aquel país.
A lo que respondió de inmediato el gobierno mexicano, fue a la ubicación y detención de la Condesa de Augusta, Francesca Graffigna Vacca , socia principal de la firma de Helicópteros Augusta, y de su pareja, Maurizio Raggio, principales operadores de la red financiera, quienes realizaron diversas transferencias de fondos negros por más de 20 millones de dólares, principalmente a través del Clariden Bank de Ginebra, donde también les fue asegurada una caja de seguridad en la que se encontraban guardados varios millones de dólares.
La Condesa y su pareja aprovecharon las largas temporadas que pasaban en Cuernavaca, para socializar y adquirir lujosas propiedades con recursos propios y, posteriormente, con fondos de la red financiera de Bettino Craxi, en cuyas operaciones participó como actor principal el Notario Público 2, Hugo Salgado Castañeda, quien no sólo dio fe y escrituró bienes inmuebles, también fungió como intermediario en la compra-venta de la mayoría de ellos, obteniendo millonarias ganancias.
Hugo Salgado se vinculó con la Condesa de Augusta y su pareja por conducto del argentino Luis Reyna, quien era entonces el representante de la firma de Helicópteros Augusta en México, y a quien Hugo sirvió como contacto con funcionarios federales y gobernadores de diversas entidades, para la venta de helicópteros y aeronaves, recibiendo igualmente jugosas comisiones por su labor de cabildeo.
De acuerdo a lo que se tiene documentado, me dice el informante, Hugo Salgado vendió a la Condesa de Augusta, una lujosa residencia de más de mil metros de construcción, muy por encima de su valor real. Para esta operación Salgado fue cómplice de Luis Reyna y de Gabriel José Vallado Miguel, quien era el abogado de esos italianos en México.
Esa no fue la única operación en la que participó directamente Hugo Salgado, quien junto con Luis Reyna y Gabriel José Vallado intervinieron en la adquisición de otras propiedades por parte de la Condesa de Augusta con recursos procedentes de la red financiera instrumentada para blanquear fondos de Bettino Craxi, realizando diversas adquisiciones tanto en Cuernavaca como en Acapulco.
En su momento Hugo Salgado fue requerido por las autoridades de la PGR, limitándose a declarar que no tenía nada que ver en esa red financiera y que únicamente había prestado sus servicios como notario público a solicitud expresa de Luis Reyna y Gabriel José Vallado, a quienes admitió conocer pero negó cualquier relación de negocios con ambos.
Esta investigación continuó durante varios años pero prácticamente fue archivada tras la muerte de Bettino Craxi, ocurrida en el año 2000 en Túnez, país en el que se había refugiado; y también de la misteriosa muerte de la Condesa de Augusta, ocurrida en su residencia ubicada en Portofino, Italia, en enero del 2001.