homopolíticus | pavesoberanes
D7 / 2ª Parte
Al principio de las catástrofes, y cuando han terminado, se hace siempre algo de retórica. En el primer caso, aún no se ha perdido la costumbre; en el segundo, se ha recuperado. Es en el mismo momento de la desgracia cuando uno se acostumbra a la verdad.
Albert Camus (1913-1960), escritor francés.
Aun en curso el conteo de votos de la elección municipal, Graco Ramírez ya dictó línea entre sus aliados, escondiendo el cuerpo de la derrota en su clóset, parafraseando a la nueva figura política de su gobierno, El Cuauh: “Nos chingamos al PRI”.
Si las primeras cinco horas de la jornada electoral trascurrieron de forma natural, con pago de votos y conducción de votantes de parte de todos los partidos y todos los candidatos, las siguientes cinco fueron de intensas negociaciones, activismo político y movilización electoral, donde hidalgos y fridas reactivaron la economía de las familias en depresión.
“Mejor Cuauhtémoc que Maricela”, fue la divisa ante la derrota temprana del candidato del PRD y de Graco Ramírez, Jorge Messeguer, que se sabía instalado en el cuarto lugar tres horas antes de terminada la jornada. Y entonces, Juan Salgado Brito, Manuel Martínez Garrigós y Graco Ramírez ejecutaron una quirúrgica intervención a corazón abierto, para intentar hacer alcalde electo a El Cuauh, sin lograrlo aún por el fuerte olor a fraude que expele. El resultado final se sabrá en horas.
¿Ya habrán enterado al ex futbolista, pero no ex actor, del padrinazgo de Graco Ramírez? Y si ya lo sabe, ¿qué dijo? ¿Negocio es negocio? “Yo no les voy a robar”, decía.
Si de nuevas figuras políticas o personajes de novelas de terror gótico, decida usted libremente, la criatura del doctor Víctor Frankenstein tiene cerebro pesedista, cuerpo priísta-perredista, pero corazón perredista.
José de Maistre decía que “El pueblo tiene el gobierno que se merece”. ¿Pero no el pueblo tiene al gobierno que se le parece? Y para complicarnos aún más la existencia, mi amigo Juan Figueroa nos taladra con una cita citable nueva: “El pueblo tiene el gobierno que se merece, por lo que se le parece”.
Entonces, los indecisos –no los becarios, no las jefas de familia, no los burócratas, que ya para entonces habían votado o botado– supieron por quién votar: por quien no trajera sorjuanas ni cuauhtemocs. El voto útil tenía un destinatario: Cuauhtémoc Blanco; a partir del 20 por ciento de la reserva de votos, es que creció en número la votación, pero no como para festejarlo –como lo hace Graco con el 70 por ciento de sus espacios perdidos– y hacer pasar la jornada como histórica, como declaró Isabel León, la cuestionada presidenta del Instituto Morelense de Procesos Electorales, a quien se le atribuye el fraude electoral.
¿Sabe ya Manuel Martínez Garrigós, también, que operó y patrocinó su enemigo el jefe de Palacio de Gobierno? Y si lo sabe, ¿qué dijo? ¿Ahí ‘mueren’ los agravios?
Hacer pasar como victoria la derrota de Graco Ramírez, ciertamente dando un golpe duro al PRI, al que no aplastó por completo, pero éste sí a su candidato, es una apreciación tan ambigua como el vaso medio lleno o medio vacío, porque la derrota electoral del candidato del PRD, su candidato, fue también una derrota política para Graco Ramírez, propinada por su ahijado, la nueva figura política de su gobierno, al que mucho se le parece.
letraschiquitas.- De vivir Clavillazo, las urnas se estarían abriendo y los votos se estarían contando, porque la cosa es calmada. Pero se recibieron órdenes de no limpiar la elección der forma transparente y ordenada, en observancia de la legalidad y sin asomos de corrupción, y el voto por voto, casilla por casilla, se está tornando problemático, con asomos de violencia. Denuncias penales, bloqueo de vía de comunicación, agresiones verbales, amenazas a consejeros, intervención de la policía, renuncias, y todo porque hubo más votos que boletas, y urnas sin sello ni firmas de funcionarios de casilla, no sólo en Cuernavaca. Histórico, dice Isabel León.