TERTULIA POLÍTICA, Por Pedro Martínez Serrano
Bien y a la primera
(…) otro segmento de priístas achacan el triunfo del Cuau,
al ex presidente municipal e Cuernavaca, Manuel Martínez Garrigós,
a quien etiquetan como el enemigo público número
uno de la ciudad; movilizó su estructura y ahora se la va a cobrar,
va a saquear el ayuntamiento como ya lo hizo antes, dicen
Si en tareas propias del servicio público, hacer las cosas bien y a la primera se complica, el asunto agudiza, cobra mayor margen de error y trampa, cuando terceros intervienen en temas ajenos a su competencia, algo que hoy es signo que sella la cosa pública, lo mismo en el Ejecutivo, que en el Legislativo y el Judicial. Todos, absolutamente todos los titulares de cada uno de los poderes, son tramposos, ventajosos y corrosivos, que desdeñan y pisotean la voluntad popular, el mandato ciudadano, manifestado mediante el sufragio. Cada uno en su espacio y desde él, buscan sacar provecho, más allá de la ley y los derechos ciudadanos.
Lo anterior viene a tema, porque el Consejo Estatal Electoral del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana ordenó a los Consejos Distritales II, de Cuernavaca Oriente; VI, de Jiutepec Norte; XIII, de Yautepec Oriente y; XV, de Cuautla Sur; así como a los municipales de Coatlán del Río y Puente de Ixtla, abrir paquetes electorales y recontar los votos, de acuerdo a un mandato del Tribunal Estatal Electoral.
El asunto del recuento de votos y las dudas que ha sembrado sobre la limpieza de los resultados de la jornada comicial del pasado 7 de junio, que ya cayó en el terreno del pitorreo, tiene su origen en la integración tramposa del Consejo Estatal Electoral, cuyos integrantes responden a intereses perniciosos de partidos políticos y, en el peor de los casos, de diputados y, obvio, del gobernador Graco Ramírez, quienes deciden bajo la mesa, la asignación de posiciones en instituciones ciudadanas que no tienen otro tamiz que el sorteo tramposo, del uno tú y uno yo; del uno para cada uno.
Y ante ese tipo de designaciones, quienes deben sancionar la correcta operación de instituciones como el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (IMPEPAC) y/o el Instituto Morelense de Información Pública y Estadística (IMIPE), pasan a ser vulgares, serviles y obedientes alfiles de los intereses más oscuros y desviados de representantes populares que piensan en el ciudadano, sólo cuando ocupan su voto, que es cuando van a su encuentro, lo engañan, lo corrompen y lo olvidan.
Mugrero electoral
Consecuencia del origen viciado de sus designaciones y, lógico de sus actuaciones, los integrantes del Conejo Estatal Electoral, Ana Isabel León Trueba, Ixel Mendoza Aragón, Xitlali Gómez Terán, Ublester Damián Bermúdez, Carlos Alberto Uribe Juárez, Claudia Esther Ortiz Guerrero y Jesús Saúl Meza Tello, que cuestan a los morelenses algo así como 6 millones de pesos al año, son los responsables del mugrero electoral y de la desconfianza ciudadana en los resultados de la jornada comicial.
Frente a lo anterior, partidos y candidatos recurrieron a instancias judiciales, para exigir que se corrijan errores, fallas y trampas que afectan el resultado, ese que presuntamente les afecta, lo que motivó, en un primer paquete, que el Tribunal Estatal Electoral ordenara la apertura de y recuento de votos en varios distritos y municipios.
Sobre el mismo apartado, lo que sucedió en Cuernavaca, con el abultadísimo triunfo de Cuauhtémoc Blanco Bravo, como candidato a presidente municipal, se prestó a muchas interpretaciones y mensajes fanfarrones; en todos los casos, el PRI, sus representantes son quienes atizan, quienes promueven una u otra versión, pero en todos los casos, con una gran recarga motivadora de duda desconfianza ciudadana en los resultados.
Por un lado, se le atribuye al gobernadorcito Graco Ramírez, la inteligencia, el talento y la habilidad, para movilizar el voto a favor del futbolista luego del mediodía, cuando se dio cuenta que su candidato, el señor Jorge Messeguer ya estaba perdido. Graco deja correr ese rumor, perverso como es, disfruta que se le atribuyan triunfos que no son suyos.
Por el otro lado, otro segmento de priístas achacan el triunfo del Cuau, al ex presidente municipal e Cuernavaca, Manuel Martínez Garrigós, a quien etiquetan como el enemigo público número uno de la ciudad; movilizó su estructura y ahora se la va a cobrar, va a saquear el ayuntamiento como ya lo hizo antes, dicen.
Lo cierto es que esa elección, que favoreció a la frivolidad del ídolo descontonero y gandaya del fútbol mexicano, Cuauhtémoc Blanco, plagada de dudas y manoseada por bandidos y tigres de papel, debe ser limpiada, debe transparentarse y asignar a cada cual, el número de votos que l corresponde, ni uno más, pero tampoco ni uno menos.
Y la mejor forma de limpiar ese basurero electoral, es sólo una: REPETIR LA ELECCIÓN, sin la intervención de ningún actor local, mucho menos del IMPEPAC; es una elección que se debe dejar en manos únicamente del Instituto Nacional Electoral y en la que sólo participen, los 4 primeros lugares: Cuauhtémoc, Maricela Velázquez, Luis Miguel Ramírez y Jorge Messeguer, nadie más, para evitar estorbos y gastos innecesarios que constituyen los llamados partidos emergentes. Hay tiempo. Puede hacerse, sólo se requiere voluntad jurídica y política.