PERIODISTA GERARDO FERNANDEZ CASANOVA.>>
CONFLICTOS CONSTITUCIONALES>>
Gerardo Fernández Casanova 20187/02/2024.>>
El triunfo electoral de AMLO implicó un profundo
cambio de régimen que rechazó el neoliberalismo como
doctrina de estado para implantar lo que hoy se conoce como
humanismo mexicano, esto después de una larga lucha del
electorado progresista. La legitimidad del triunfo invitaba a la
realización de profundos cambios constitucionales, pero el
presidente se abstuvo de emprenderlos bastándole con sólo los
más indispensables. Entiendo que optó por evitar demasiadas
turbulencias para mostrar una nueva forma de gobernar, de
manera que se obviaran o se atenuaran los conflictos propios
del cambio de régimen. Postergó su implementación para el
segundo trienio de su mandato en el supuesto de consolidar su
autoridad moral y de contar con mayoría suficiente en el
congreso; lo primero se logró con creces, pero no así en cuanto
a la mayoría calificada en las cámaras. Importantes reformas
fueron rechazadas, fuese por la minoría opositora con poco
más de un tercio de los votos o por declaraciones de
inconstitucionalidad por el Poder Judicial en contubernio con
la oposición. La gente se percató con claridad de tales
despropósitos y tildó a sus ejecutores como “traidores a la
patria”, particularmente para el caso de la recuperación de la
Comisión Federal de Electricidad, registrándose en las bajas
de aceptación en las encuestas.
El Presidente López Obrador, sabedor del respaldo
popular de que goza, decide formular un paquete de veinte
iniciativas de reforma a la constitución, de diverso calado pero
todas de beneficio al pueblo, de manera de colocar al bloque
opositor en un cajón perdedor: si las rechaza, verá castigada
su expectativa electoral; si las aprueba le entrega el triunfo al
Presidente, con el mismo efecto electoral.
Lo más importante del caso es que la batería de reformas
consolida el proyecto transformador, independientemente de
su efecto sobre la elección, en beneficio del pueblo y la
nación.
Mientras así se mueven las cosas en el país, la candidata
opositora acude a las capitales del poder imperial a implorar
su apoyo para “defender a la incipiente democracia mexicana”
amenazada por el afán tiránico de la 4T. Es deplorable la
actitud antipatriótica de alguien que aspira al cargo de mayor
responsabilidad del país: implorar la intervención del yanqui
en los asuntos que sólo a las y los mexicanos nos compete y
poner en riesgo la paz y la soberanía nacional.
Desde luego cosas de este tipo se irán recrudeciendo
durante la campaña electoral y tendremos que estar
preparados para lidiar con ellas. La nueva conciencia política
del pueblo será puesta a prueba en esta aberrante
circunstancia, depende de todas y todos mantener incólumes
nuestros anhelos de seguir construyendo la patria digna y
benefactora que aspiramos. Nadie debe aflojar el paso ni
pensar confiadamente en el triunfo. Se requiere contar con
cada uno de los votos y hacerlos valer llueva, truene o
relampaguee. Sólo así podremos verdaderamente garantizar la
continuación y profundización del proceso transformador.
Correo electrónico: gerdez777@gmail.com