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Lo acontecido el 19 de septiembre del presente año, es una tragedia que nadie olvidará, sobre todo quienes perdieron todo o lo poco que tenían. Las autoridades, algunas de ellas se avocaron a la atención de los damnificados; otros atender sus propias necesidades, como ocurre en el IMSS e ISSSTE, quienes ponen todo su empeño por atender, de la mejor manera a sus derechohabientes.
Sin embargo, en el IMSS no es suficiente, y no porque los directivos no quieran o porque la excelsa tragedia los superó, pero que conforme pasa el tiempo, (a poco cerca de un mes), el IMSS no haya podido organizarse. Por desgracia muchos acuden a “su” clínica a solicitar sus servicios, servicio que poco a poco se va generando.
Son enormes las filas para sacar medicamentos porque los señores de la farmacia se dan el lujo de hacer sus espacios para dilatar la atención, poniendo el argumento de que “ahora estamos atendiendo a derechohabientes de la clínica 20 de Benito Juárez, así como de los hospitales regionales de Zacatepec, Jojutla y Jiutepec y algunos más que vienen de Cuautla” y por tanto, es insuficiente nuestra capacidad”, afirman.
Efectivamente, hay gente que para ser atendidos llegan muchas veces a las 5.30 de la mañana y ¡ya hay gente!, esperando. Y así empiezan a llegar las personas por sus medicinas y lejos que los empleados atiendan de inmediato, un espacio de hora y media se queda en el limbo, pues la farmacia debe abrir a las 7 de la mañana, y los empleados empiezan atender a los 8.30.
Lógicamente que esto causa, aparte de atraso y enormes, pero enormes filas, un enojo generalizado y no solo contra los dependientes de la farmacia, sino de los propios directivos que no los obligan a rendir su jornada de trabajo. Miedo hay en todos lados, no solo en el personal de la farmacia, sino en enfermeras, médicos, asistentes y derechohabientes, porque están conscientes de la enorme tragedia que sufrió México y en especial Morelos y Cuernavaca por lo del terremoto y los derechohabientes lo que menos quieren ir al IMSS ni a consulta ni a sacar medicina, por lo que si son atendidos prontamente (conforme a la capacidad) se retirarían, pero el personal de la farmacia les gusta tener cantidad de gente haciendo enormes filas para que puedan ser atendidos con sus medicamentos.
