TERTULIA POLÍTICA, Por Pedro Martínez Serrano
Ridiculez
…ante el violento y ensangrentado panorama, hablar de protección a los funcionarios, obliga a preguntar: ¿Y a los morelenses, quien los protege?
El burdo tanto como ridículo, montaje del secuestro del diputado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), David Martínez Martínez, fue un escupitajo lanzado al cielo que, como obliga la lógica y la gravedad, cayó en el rostro del ya probado y reprobado cínico, conchudo y mentiroso (des) gobernador del Estado, Graco Ramírez Garrido Abreu quien, además, de facto se constituyó en abogado defensor y juez, del perredista de Pueblo Viejo, al responder a las filtraciones del portal noticioso @lasillarota: Fuentes de PGR revelaron a LSR diputado David Martínez tiene nexos con narco. Miente es un hombre limpio, dijo el tabasqueño.
Si desde el principio del hecho, miles de personas cuestionaron la veracidad el secuestro del amigo en turno de Graco, el perredista David Martínez, la rapidez y eficiencia con que actuaron las autoridades policiacas, para dar con su paradero y las condiciones en que fue rescatado, provocaron la sonora carcajada de los morelenses.
No sólo eso, el burdo montaje provocó el cuestionamiento y el reclamo social, con una abundante carga de razón: ¿por qué al diputado Martínez se le rescató en menos de 24 horas?, mientras que decenas de secuestrados han muerto a manos de sus plagiarios, a consecuencia de la indiferencia oficial y la estúpida actuación de las autoridades ministeriales y policiacas.
Fue una ridiculez, tanto como una estupidez oficial, compartida por el (des) gobernador Graco Ramírez y su jefe de policía, el operador del fallido Mando Único, el también cínico, conchudo y mentiroso, Alberto Capella Ibarra, experto en el diseño de escándalos mediáticos, como aquel en el que se envolvió en Tijuana, sobre el supuesto atentado de que fue víctima en su domicilio y que al igual que el secuestro de David Martínez, nadie le creyó.
Tienen razón los ganaderos de la región sur poniente del Estado, al condenar la irresponsable e ineficiente actuación del tabasqueño Graco Ramírez, pues en caso de ser cierto el secuestro de Martínez, en ese hecho se actuó con una sospechosísima rapidez, mientras que a empresarios de la entidad se les está secuestrando y matando, sin que haya respuesta de parte de la administración estatal,
En el colmo del cinismo y como un agravio más a los morelenses víctimas del delito, Graco Ramírez Garrido ordenó activar una alerta de protección a funcionarios y colaboradores del gobierno, ante la amenaza que el grupo criminal Guerreros Unidos lanzó contra las personas allegadas al mandatario, con la intención de desestabilizar su administración.
El responsable de anunciar el protocolo fue el desteñido y destemplado fiscal Rodrigo Dorantes Salgado quien explicó que se alertó a los servidores público para poder tener cuidado al momento de desempeñar su función, porque no estamos descartando que la delincuencia organizada quiera intimidarnos, pero no vamos a estar nosotros a espera, estamos previniendo para que no pase eso.
El asunto no tendría ninguna gravedad, no acusaría ningún descontento, como lo provocó en su oportunidad el despilfarro millonario para blindar el entorno del gobernador y su familia, si los morelenses viviéramos en un estado seguro, pero ante el violento y ensangrentado panorama, hablar de protección a los funcionarios, obliga a preguntar: ¿Y a los morelenses, quien los protege?