PERIODISTA GERARDO FERNANDEZ CASANOVA.>>
VASCO DE QUIROGA. LA UTOPÍA HUMANISTA.>>
Gerardo Fernández Casanova 20/02/2024.>>
Interesante fecha; cuatro patos avanzan hacia la izquierda
arrastrando un cuatro, representante de la 4T. Enhorabuena.
Al igual que todas las ideas revolucionarias, el Humanismo
Mexicano es un pensamiento en vías de gestación y desarrollo.
Recorrido el panteón de las ideologías se encuentran aportes de gran
valor para entender a la humanidad en relación consigo misma y con
su entorno, con importantes aportaciones de los filósofos tanto de la
antigüedad griega como de los europeos más cercanos en el tiempo.
Pero las sociedades son distintas; sus respectivas historias y su
entorno natural son distintos; no pueden aplicarse razonamientos
iguales a condiciones diferentes. De ahí la necesidad y la importancia
de desarrollar una ideología autóctona y auténtica que, basada en la
universalidad del ser humano, se identifique con la realidad nacional.
Es preciso incorporar la cosmovisión de los pueblos originarios
y su capacidad de resistencia con la ideología de los conquistadores,
atados a la contrareforma cristiana y dominados por el afán de riqueza
y poder. La crueldad del proceso de conquista y exterminio no debe
ignorar su impronta en la cultura vigente, buena o mala pero real; con
valores y contravalores verdaderos. Todos están presentes en el crisol
o en el metate de la cultura mexicana, que no acaban de molerse o
acrisolarse suficientemente. Prevalecen el racismo y la indolencia; el
privilegio y la humillación; la riqueza y la pobreza. Tal condición
resulta inaceptable, sea en lo moral, lo político, lo económico y, en
suma, en lo cultural.
Proponer y propugnar por un humanismo mexicano es una
decisión política de gran visión, sin inmediateces, pero sin
complacencias. Ya no es aceptable buscarnos en espejos ajenos;
nuestro espejo tendremos que creárnoslo con autenticidad y con
orgullo de identidad. La Nueva Escuela Mexicana habrá de ser
cuidada con esmero y patriotismo: ese es el crisol y el metate, sin
excluir lo aplicable de la cultura universal.
Es en este concepto que destaca la figura indeleble de Vasco de
Quiroga -Tata Vasco- cuyo humanismo se nutre de la lectura de Tomás
Moro y de Erasmo de Rotterdam, pero que se consolida en la vivencia
del pueblo Purépecha y del Mexica. Jurista de profesión vino a
México para combatir la corrupción colonial y predicó con el ejemplo
personal. En -tendió como ninguno -según mi criterio- el conflicto
cultural de la conquista y se aplicó a perseguir la utopía humanista de
la igualdad y el buen vivir. Fundó los llamados hospitales de Santa Fe
en México- Tenochtitlan y en Pátzcuaro, Michoacán. Eran pueblos
nuevos en los que privaba la solidaridad social y no existía la
propiedad privada (aportación autóctona); cada pueblo se dotaba de
los servicios y los servidores necesarios, pero se adoptaban
especialidades de trabajo según la vocación y la dotación de recursos
naturales; convivían los originarios y los europeos en santa paz y
colaboración. La tierra era comunal y se destinaba a la producción del
consumo de la comunidad, al igual que la pesca. El sincretismo
religioso produjo un arte excepcional y una educación inclusiva y
enfocada a la procuración del bienestar por el trabajo. Aún persiste su
huella, particularmente en torno al Lago de Pátzcuaro, con su gran
riqueza artesanal. Creo que es una importante lección de mestizaje
afirmativo y de un humanismo genuino. Vale mucho estudiarlo y
hacerlo in situ visitando sus lugares en Michoacán. Hoy también se
reconoce su historia con la restauración de la Ermita de Santa Fe,
ubicada en la ampliación del Parque de Chapultepec y la estación del
tren México-Toluca.
Ojo. También fue acusado por socialista por la alta jerarquía
católica, aunque el fue obispo de Michoacán.
Correo electrónico: gerdez777@gmail.com