Recomienda IMSS Morelos diagnóstico oportuno de encefalitis >>
- Los síntomas dependerán de la región del cerebro que se vea afectada. >>
- El diagnóstico es clínico y se confirma por medio de estudios de imagen.>>
La encefalitis es la inflamación del cerebro, esto incluye la corteza cerebral y las meninges, que son las capas que rodean el cerebro, indicó el neurólogo adscrito al Hospital General Regional con Medicina Familiar (HGR/MF) No. 1, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Morelos, Catlanni Talithanne Amador Solís.
En el marco del Día Mundial de la Encefalitis (22 de febrero), mencionó que las causas son variadas, entre ellas, traumatismos, enfermedades autoinmunes, alteraciones vasculares como cambios en la presión arterial y las más frecuentes por infecciones (virus, bacterias, hongos), entre otras.
En este sentido, destacó que es importante hacer un diagnóstico oportuno, pues al tratarse de una enfermedad cerebral existe alto riesgo de secuelas y complicaciones asociadas a la encefalitis; las lesiones cerebrales en su mayoría pueden ser permanentes, por lo que un diagnóstico temprano permite otorgar un tratamiento oportuno.
“Los síntomas dependerán de la región del cerebro que se vea afectada, generalmente presentan fiebre, alteraciones de la conciencia, dolor de cabeza, crisis convulsivas, alucinaciones, cambios en la conducta o en el lenguaje, alteraciones de la fuerza o la sensibilidad”, expuso.
El especialista indicó que el diagnóstico de encefalitis es clínico y se basa en los síntomas y signos que presenta la persona; además, se confirma por medio de estudios de imagen del cerebro o la punción lumbar, la cual es la extracción del líquido cefalorraquídeo que se produce en el cerebro, para poder analizar su composición en el laboratorio.
Al respecto, el neurólogo puntualizó que “otra prueba útil es el electroencefalograma que nos permite de manera objetiva ver el funcionamiento cerebral”.
Amador Solís agregó que el tratamiento es amplio, ante esto, expresó que si es de origen infeccioso, se basa en antivirales, antibióticos y antifúngicos; cuando es autoinmune, el tratamiento es a base de inmunosupresores y antiinflamatorios; mientras que, si es de origen vascular o por trauma, dependerá de la causa que lo haya ocasionado.