TERRORISMO DE ESTADO EN NAVIDAD

 

TERRORISMO DE ESTADO EN NAVIDAD>>

Gerardo Fernández Casanova>>

Lamento no poder dedicar este artículo a desear parabienes y prosperidad, tal como suele hacerse en esta temporada decembrina. Lo cierto es que, en ese tenor, hacerlo sonaría más a una ofensiva burla que a una felicitación. Abocados a la preparación del buen ánimo para hacer frente a los riesgos que la presidencia del troglodita en Estados Unidos significan para México, nos olvidamos que el verdadero enemigo, el nefasto invasor, lo tenemos en casa y, además, fue electo –trampas de por medio- por una parte de los mexicanos, que no por la mayoría. El señor Peña Nieto nos acaba de recetar la amarga medicina –más bien veneno- de su “adecuación” a los precios de los combustibles con miras a la liberalización de su comercio, medida contemplada en su malhadada “reforma energética”; sí, esa que se insertó en el Pacto por México y se vendió con el argumento, siempre falaz, de que llevaría a una mayor eficiencia en el aprovechamiento de la riqueza petrolera, propiedad de todos los mexicanos, al ser operada y administrada por empresas privadas bajo las reglas del dogmatismo de la libre competencia; con ello se lograría la reducción de los costos de los energéticos y se aumentaría la renta petrolera en beneficio de todos.

Más rápido cae un hablador que un cojo. Lo anunciado por la SHCP este martes significa que el precio de las gasolinas registrará un incremento promedio cercano al 20%, desde luego como “una muestra más de la solidez de las finanzas públicas” a cargo de quienes regresaron a Los Pinos aduciendo que ellos si sabían gobernar. ¡Vaya fracaso! Aunque,  viéndolo bien, en su condición de traidores a la Patria pueden considerarlo como un gran éxito. Qué la lamentable es comprobar que lo que tanto que se advirtió y tanto se reclamó en las calles, se materialice de manera tan crudamente palpable y, para acabarla de amolar, tan difícil de revertir.

No es una casualidad que en estas mismas fechas el régimen practique una propaganda demagógica y de subliminal  terrorismo de estado. En la televisión, tanto la pública como la privada, nos machacan las neuronas con un spot en que, en primara imagen, aparecen escenas de guerras en varias partes del mundo; para luego aparecer la escena de gente trabajando y esforzándose por progresar, con la voz diciendo que ésta es la guerra de México para protegernos de las amenazas que vienen del exterior, por lo que debemos estar unidos y contentos.

¿Qué nos quieren inculcar con este mensaje? No hay que rascarle mucho para inferir que en México el régimen vigente garantiza la paz y que debemos estar unidos en torno a él, para evitar caer en la condición de guerra que asola a otros países, como si la llamada guerra contra el crimen no sumara un mayor número de muertos que las que se libran en Irak, Afganistán o Siria. El spot es más una clara advertencia que un mensaje cordial; es francamente terrorismo de estado para prevenir el acceso al poder de un gobierno progresista; es un anticipo de la renovada estrategia del “peligro para México”. El régimen se prepara para la alternancia y, sabedor de su enorme desprestigio, allana el camino para que la Calderona venga en su reemplazo para asegurar que todo siga igual, comenzando por el respeto a la sacrosanta impunidad. Tendría que ser demasiado amnésica y estúpida la sociedad mexicana si sigue tragándose las ruedas de molino de la caterva de traidores que representan el PRI y el PAN, que no son más que la misma gata pero revolcada.

Es hora de que los mexicanos acudamos a la convocatoria efectivamente patriótica y llevemos a la silla presidencial al único candidato que ofrece un cambio verdaderamente trascendente a favor de nosotros mismos, los que somos mayoría y que hemos visto perplejos cómo el país se desbarata y se rematan a rajatabla sus recursos naturales y, en especial los humanos, cada vez más esclavizados por el nefasto neoliberalismo.

Dicho lo anterior y con cierta desconfianza, les deseo un 2017 en que podamos seguir vivos y nos permita llegar al 2018 con el coraje en alto para decidir, de una vez por todas, sacar del poder a los traidores. Yo ya decidí, desde ahora, quiero que Andrés Manuel López Obrador sea el próximo presidente de México y que consolidemos un vigoroso poder popular en respaldo y exigencia del proyecto alternativo de nación.

Correo electrónico: gerdez777@gmail.com

www.morelosmagazzine.com

 

 

 

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