DEL RINCÓN POÉTICO Y CULTURASL DEL DIARIO DIGITAL “MUNDO MAGAZZINE”.

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  1. MARTHA G. RUBI–QUERETARO: Encontrado por ahí: ¡BELLA REFLEXIÓN!>>
  2.  
  3. UNA HISTORIA DE AMOR>>
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  5. Anécdota de Misha.>>

Año 1994, dos estadounidenses responden a una invitación del Departamento de Educación Rusa, para enseñar moral y ética (basado en principios bíblicos) sobre todo en las escuelas públicas. Fueron invitados también a enseñar en prisiones, negocios, departamentos de bomberos y policía, y en un inmenso orfanato. En este último había alrededor de 100 niños y niñas que habían sido abandonados, abusados, y dejados a cargo de un programa del gobierno. Escuchemos cómo estos dos americanos nos relatan su experiencia con sus propias palabras.

 “Estando ya cercanos a las fiestas navideñas de 1994, decidimos que nuestros huérfanos escucharan, por primera vez, la historia tradicional de Navidad. Les contamos como María y José llegaron a Belén. No hallaron albergue en la posada y se fueron a un establo, donde nació el niño Jesús y fue colocado en un pesebre.

Al escuchar el relato de la historia, tanto niños como trabajadores del orfanato estaban asombrados.Algunos estaban sentados al borde de sus taburetes, tratando de captar cada palabra.

Luego, le dimos a los niños tres pliegos pequeños de cartulina para que construyeran un pesebre. A cada uno le dimos un trozo de papel cuadrado cortado de unas servilletas amarillas, que habíamos traído de fuera, pues no había servilletas de colores en la ciudad.

Siguiendo las instrucciones, los niños rasgaron el papel y colocaron las tiras con mucho cuidado en el pesebre. Pequeños trozos de cuadros de franela, cortados de un viejo camisón de dormir que había desechado una señora americana al marcharse de Rusia, fueron usados para envolver al bebé. Un bebé tipo muñeco fue cortado de una felpa color canela que habíamos traído de los Estados Unidos.

Aquellos pequeñines estaban entretenidos montando sus pesebres, mientras caminábamos entre ellos para ver si necesitaban ayuda.

Parecía ir todo bien hasta que llegué a la mesa donde estaba sentado el pequeño Misha.

Tenía unos 6 años de edad y ya había terminado su proyecto. Miré su trabajo y me sorprendió ver no uno, sino dos bebés en el pesebre. Llamé al traductor para que le preguntara al chico porque había dos bebés en el pesebre. Cruzando los brazos y mirando a su pesebre ya terminado, comenzó a repetir seriamente la historia que les habíamos contado.

Para su corta edad y para haber escuchado sólo una vez el relato de la Navidad, fue bastante exacto… Todo iba bien hasta que llegó a la parte donde María coloca al niño en el pesebre. Entonces el pequeño Misha inventó su propio final de la historia diciendo:

“y cuando María colocó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si yo tenía un lugar a donde ir. Y yo le dije: “no tengo mamá y no tengo papá, así que no tengo donde quedarme”. Entonces Jesús me dijo que me podía quedar con Él. Pero le dije que no podía porque no tenía regalo para darle como habían hecho los demás. Pero tenía tantos deseos de quedarme con Jesús, que pensé qué podría darle de regalo. Pensé que si le pudiera dar calor, quizá ese sería un buen regalo. Y le pregunté al niño Jesús: “¿Si te doy calor, crees que sería un buen regalo?”. Y Jesús me respondió: “Si me mantienes con calor, ese sería el mejor regalo que me hayan dado”. Así que me metí en el pesebre, y entonces Jesús me miró y me dijo que me podía quedar con Él…, para siempre…

Mientras el pequeño Misha terminaba su historia, sus ojos se llenaron de lágrimas que les escurrían por sus mejillas. Misha había encontrado alguien que nunca lo abandonaría, alguien que se quedaría con él…, PARA SIEMPRE. Y concluye el relato de uno de estos dos americanos diciendo: “Gracias a Misha he aprendido que lo que cuenta, no es lo que uno tiene en su vida, sino a Quien uno tiene en su vida. No creo que lo ocurrido a Misha fuese imaginación. Creo que Jesús realmente lo invitó a estar junto a Él PARA SIEMPRE. Jesús hace esa invitación a todos, pero para escucharla hay que tener corazón de niño”.

 

 

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