Siempre cada cultura tiene sus expresiones para comunicarse día a día y por sorprendente que parezca hay ideas y sentimientos que son muy similares a los nuestros. Pero puede llegar a ser complejo hacernos entender a pesar de hablar el mismo idioma. Vean lo que les cuento a continuación.
La semana pasada estaba con mi Tocayo de Medellin Colombia. Caminando en Sao Paulo y platicando me dijo que en Medellin todos los niños traen arepa bajo el brazo le pude entender sin problema. Mi mente lo tradujo como que el niño tiene torta bajo el brazo y cuando le pregunté quería decir lo mismo. La arepa es una gordita, como decimos en México, de harina pan de maíz y al igual que México las rellenan de muchos guisados como carne mechada que para nosotros es la carne deshebrada, también las hay de queso telita. Las arenas son muy conocidas en los países del norte de Sudamérica pero más en Venezuela al igual que las cachapas.
Por otro lado una palabra que es muy compleja para los extranjeros es ahorita. Siempre se quejan de que cuando llegan a México tienen problemas con lo que nosotros mexicanos en realidad queremos decir con ahorita. De hecho me dicen que hasta sufren o se enojan mientras no entienden lo que queremos comunicar. Ellos esperan que cuando digamos ahorita signifique hacer de inmediato lo que nos solicitan, pero en realidad nosotros utilizamos la misma palabra para referirnos a los dos extremos: ahora mismo o como una forma amable de decir nunca. Me decía una amiga argentina: Es que ustedes me hacen enojar con el ahorita, ¡No los entiendo! A veces hacen algo y a veces nada, nada pasa. Esto me lo han comentado los colombianos, venezolanos, panameños, peruanos,
También nosotros decimos su casa para referirnos a la nuestra como una cortesía hacia la otra persona. Por ejemplo si decimos que los invitamos a su casa, en realidad lo que queremos decir es que la fiesta es en nuestra casa y por supuesto los invitados pueden considerar suya. En repetidas ocasiones mis amigos me dicen que al menos una vez les ha pasado que cuando les decimos que los invitamos a un fiesta en su casa, preparan todo para el festejo pero nadie llega. Y cuando nadie llega entonces le llaman al que lo invitó y la primera cosa que les preguntan es una razón por la que no han llegado. Ellos responden, ¡Momento! Los estoy esperando en mi casa.
Así pues que imagínense que les dicen: Nos vemos ahorita en su casa para la fiesta. ¿Van o no van?