Ojos Ciudadanos Por Martín Pérez ojosciudadanosmorelos@gmail.com
Durante el primer periodo ordinario de sesiones, el diputado del X distrito electoral, Aristeo Rodríguez Barrera, mientras se desarrollaba la sesión en el pleno amenazó con una arma de fuego el camarógrafo que labora para el noticiario televisivo Quien Resulte Responsable, René Pérez.
El comunicador decidió que lo mejor era iniciar una carpeta de investigación ante la Fiscalía General del estado por amenazas y lo que resulte. Se desconoce si la dependencia citó ya al representante popular del partido tricolor o continuará la impunidad, porque no fuera otra persona de escasos recursos económicos y sin poder político que ya estuviera prácticamente tras las rejas.
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En el artículo 181 del Reglamento para el Congreso del estado de Morelos señala: “Los asistentes al salón de sesiones se presentarán sin armas, conservarán el mayor respeto, silencio y compostura, por ningún motivo tomarán parte en las discusiones y no podrán interrumpir los trabajos ordinarios. En caso de que alguna persona se presente armada al Recinto Legislativo, no se le permitirá la entrada; en todo caso, el arma quedará bajo el resguardo del personal de seguridad del Congreso, quienes devolverán a la persona al retirarse, siempre y cuando la persona justifique su legal portación de la misma.”
La pregunta sería, ¿de quién era la pistola con la cual el diputado Aristeo Rodríguez amenazó a René Pérez? El tráfico de armas en México es una realidad y sería importante que las autoridades de la Procuraduría General de la República cuestionasen al representante popular sobre este caso en particular, para saber si es un arma registrada ante la Secretaría de la Defensa Nacional o en su defecto fue comprada en el mercado negro, lo cual sería un delito.
Por cierto, el Reglamento para el Congreso del estado de Morelos no señala nada acerca de que esté prohibido que algún diputado pueda portar arma dentro del salón de plenos, como dicen “lo que no está prohibido, está permitido”
Mucho tiene que explicar Aristeo Rodríguez Barrera ante el fiscal que lleve la carpeta, pues se nota que de manera deliberada introdujo el arma de fuego al Recinto Legislativo para poder tener acceso a ella en cualquier momento.
Esto también es una llamada de atención para el personal de seguridad interna del Congreso local que no verificó el hecho de que un arma de fuego fuera introducida al salón de plenos.
Ahora, en el segundo periodo ordinario de sesiones, de nueva cuenta Aristeo Rodríguez hace de las suyas, porque intimidó y amenazó al director del periódico La Voz de Morelos, Francisco Martínez Ocampo, a quien por cierto por instrucciones del legislador local ya no le permiten la entrada a la sede del Congreso local, es más lo mandó sacar cuando se llevaba a cabo la sesión en el salón de plenos.
El también líder de los productores de caña del ingenio azucarero de Zacatepec –el que tiene la producción más alta del país– envió a su personal de apoyo, vestidos como trabajadores del ayuntamiento al domicilio de Francisco Martínez Ocampo para investigarlo y conocer que carro conduce, las horas de llegada y salida. Asimismo, le han pedido de manera grosera “que le mida el agua a los camotes”.
El Reglamento para el Congreso del estado de Morelos, en su artículo 16, establece las obligaciones de los diputados locales.
“Fracción I. Respetar el orden, la cortesía y las medidas disciplinarias que acuerde la legislatura o la diputación permanente en su caso;”
“Fracción VII. Tratar respetuosamente a los empleados del Congreso y público asistente;”
El Capítulo Tercero del mismo Reglamento DE LA ÉTICA PARLAMENTARIA, señala:
“ARTÍCULO 22.- Se entiende por ética parlamentaria, el conjunto de valores fundamentales y normas de conducta que regirán en todo momento el ejercicio de la función legislativa conforme a los principios de solidaridad, diálogo, acuerdo, legalidad, respeto, equidad, libertad, independencia, responsabilidad, transparencia, honradez, veracidad, respeto, tolerancia, pluralidad, democracia, bien común, integridad, objetividad, participación y justicia. El legislador que se aparte de la ética parlamentaria en el ejercicio de su actividad, incurrirá en responsabilidad, se hará acreedor a las medidas disciplinarias establecidas en la Ley y en el presente reglamento.”
Hasta el momento, Aristeo Rodríguez se encuentra como la fresca mañana, sin problema alguno, pues no hay quien al menos le aplique medidas disciplinarias al interior del Congreso local y mucho menos quien lo pueda meter a la cárcel por las amenazas contra comunicadores.
El legislador local del PRI también ha roto el orden al interior del Recinto Legislativo, porque en alguna ocasión el salón de plenos se encontraba a su máxima capacidad al estar ocupado por grupos de campesinos y el personal de seguridad interna recibió la instrucción de no permitir la entrada a ninguna otra persona más, dado que se podía poner en peligro la vida de las personas. En las afueras de la sede del Congreso local se habían quedado unos 300 campesinos de la zona sur del estado. Entonces sucedió que Aristeo Rodríguez llegó a la entrada y él mismo abrió la puerta a estas personas, las cuales se quedaron en su mayoría en las escaleras y en el lobby, precisamente porque ya no cabían en el lugar.
Más allá de esta actitud ante los comunicadores, el legislador local se ha caracterizado por hacerse el chistosito, pues actúa como si se tratase de un estudiante de secundaria. En una ocasión, en uno de los pasillos Aristeo Rodríguez, quien es de baja estatura, se encontró con el diputado Julio Yáñez Moreno, de 1.90 metros de altura, y tuvo el gesto de subirse a un sillón para alcanzarlo y abrazarlo, así permaneció por algunos minutos, lo cual fue festejado por su secretario particular y una fotógrafa que lo acompañan a todas partes de manera regular.
Esta es la forma de actuar del aspirante a la dirigencia estatal de la CNC, Aristeo Rodríguez Barrera, y como dicen “quién no lo conoce, que lo compre”.
Hasta aquí llegó la tinta por hoy.
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