Precandidatos I / Matías Quiroz

TERTULIA POLÍTICA

Pedro Martínez Serrano

En más de los suspirantes por la candidatura a la presidencia municipal de Cuernavaca, en este caso por el Partido Acción Nacional, los que a la vista buscan la candidatura, son el diputado federal Luis Miguel Ramírez Romero y el diputado local, coordinador de la fracción panista, el veracruzano Edmundo Javier Bolaños Aguilar.

Y aunque los apoyos del panismo están cargados del lado del legislador federal, el diputado local se dedica a hacer lo que mejor le sale, lo que lo ha mantenido cercano a su ex jefe y socio, Sergio Estrada Cajigal Ramírez, pero también lo que le ha permitido amasar una cuantiosa fortuna: el tráfico de influencias y servir al mandatario en turno y/o a los adversarios de su partido, el de la Acción Nacional.

Fiel interprete de la política de la bicicleta, que ordena patear a los de abajo y agacharse con los de arriba, Bolaños es un sujeto sin el menor sentido de pertenencia. Disfruta como loco burlarse de las formas y costumbres de los morelenses, sin recato, sin dimensionar las ofensas que profiere contra los de la tierra que lo hizo millonario, parafrasea y con risotadas le encanta acusar que en Morelos no más hay cañeros y/o arroceros y putas.

Pero al final del día, eso es lo menos importante, lo grave del caso es que se trata de un sujeto corrupto, profundamente bandido que a partir de su llegada a Morelos, con Sergio Estrada Cajigal como mecenas, primero como director del organismo operador del agua en Cuernavaca y, más tarde, el estatal, logró amasar una cuantiosa fortuna que le permitía presumir una colección de autos deportivos del año. Uno de cada color, para no errarle, decía.

Del señor Bolaños Aguilar me deslizaron la versión, de que es adicto a pagar caricias de mujeres de alquiler o personas que parezcan, con tal de que estén muy buenas, por lo que casi cada semana se traslada a la ciudad de México a casas de cita y cremosos prostíbulos en los que disfruta que le digan: la mesa de siempre señor, como le encanta también que sexoservidoras y transexuales lo llamen por su nombre. El acoso sexual del personal femenino que lo rodea, es cosa menor, ante lo que acostumbre.

La historia de Javier Bolaños es larga e involucra temas de corrupción, escándalos que involucran a sexoservidoras y transexuales y de traiciones, muchas traiciones a quienes en su momento lo ayudaron a ascender en el mundillo político local y, desde luego, a cometer ilícitos, muchos ilícitos que incluyen cobro de comisiones por favores y más. Él sabe que aquellos a los que ha traicionado, esperan pacientes el momento de exhibirlo.

El diputado local, me dicen que es un farsante, un simulador que cuestiona de día y cobra de noche. Sus posiciones frente al gobierno del estado, no son más que pataleos acordados, porque sabe que tiene su iguala y favores especiales, a cambio de dejar hacer y dejar pasar.

Creo que lo que más le va a pesar al coordinador de los panistas en el Congreso, es su insistencia de promover el golpeteo y la difamación sobre el panista más influente de la entidad: Adrián Rivera Pérez.

Mientras que Bolaños se pudre en los estercoleros en los que se mueve, me dicen que el legislador federal Luis Miguel Ramírez Romero se ha dedicado a trabajar entre los miembros de Acción Nacional, y a buscar el apoyo ciudadano en las colonias y poblados de Cuernavaca. Esa es la diferencia entre ambos.

MATÍAS QUIROZ MEDINA

El nuevo secretario del gobierno de Graco Ramírez Garrido Abreu, el ex presidente municipal de Tlaltizapán, Matías Quiroz Medina, me parece que va a salir peor, mucho peor que el inútil, corrupto y mentiroso Jorge Messeguer Guilén.

Sólo como un apunte suelto, hay que recordar que es precisamente en Tlaltizapán, en donde se reúnen los capos de bandas criminales que operan en Morelos. El señor Matías, allá en su pueblo, se sospecha que tiene arreglos con capos del crimen organizado.

 

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