TERTULIA POLÍTICA, Por Pedro Martínez Serrano
Las candidaturas independientes que tanto han motivado
la participación ciudadana, son el recurso, el plan B para resentidos
y desleales, a los que en sus partidos, no se les da lo que
no merecen, sin embargo con todo y la apertura democrática,
esa inclusión motivará que las campañas adquieran más bajeza,
más golpeteo y, obvio, sean más espectáculos circenses,
en los que abundarán los payasos y trapecistas
Motivado por el triunfo que llevó a Jaime Rodríguez Calderón El Bronco a la gubernatura de Nuevo León, como candidato independiente, acá en nuestra entidad, el secretario general de la CTM, Vinicio Limón Rivera empezó hace algunos meses el proyecto denominado Transformando Morelos, por medio del cual busca zanjarse el camino, rumbo a la candidatura para suceder al peor gobernador que ha tenido Morelos, el señor Graco Ramírez.
Y fiel a su estilo traicionero, desleal y malagradecido, el cetemista se presentó ante los medios de comunicación, acompañado de dirigentes sindicales a los que pastorea, para anunciar su distanciamiento con el PRI, porque en 18, 20 años no ha atendido el llamado de la CTM y nosotros no tenemos por qué corresponderle.
La diatriba de Vincio y su pandilla en contra del Revolucionario Institucional, fue el marco para dar a conocer la decisión del pleno de secretarios generales que se sometió a análisis y aprobación para apoyar el proyecto ciudadano denominado Transformando Morelos y, desde ahí, impulsar la participación ciudadana en los procesos electorales.
Lo que olvidan los parasitarios dirigentes sindicales, que no responden a otro interés, más que al personal, el que tiene que ver con la venta de los derechos laborales, a cambio de igualas mensuales, es que su representación es un verdadero cero a la izquierda.
Hace mucho los partidos políticos perdieron interés en sumar a organizaciones sindicales, porque si alguien no quiere, si alguien odia a los dirigentes de organizaciones sindicales, son precisamente los trabajadores, esos a los que dicen representar.
Hoy las cúpulas sindicales, son cuevas de Alí Babá, que agrupan a golpeadores y malvivientes a quienes, a cambio de espacios en vía pública, para vender incluso mercancía de dudosa procedencia, se les utiliza como grupos de choque y agitadores para violentar lo mismo decisiones oficiales, que para apoyar a candidatos destinados al fracaso, como ocurrió cuando el Nuevo Grupo Sindical (NGS), del gangster Bulmaro Hernández, se sumó al perredista Jorge Messeguer, para ayudarlo a bien perder.
En las filas de la CTM, también hay y muchos representantes sindicales que, proclives al abuso, el atropello y a golpear y despojar viejitas, disponen de golpeadores y malandros como Roberto Castrejón, el mismo que le mordió la mano a quien le dio de tragar (Tito Barrera); el mismo también que instruye a su hijo, para actuar como buen líder, es decir, para golpear a quien se cruza a su paso, especialmente si son mujeres.
Iluso como es, Vinicio Limón se proyecta como candidato a la gubernatura, por medio de su agrupación Transformando Morelos; cree que con la membresía de los sindicatos cetemistas, le va a alcanzar para, cuando menos, presionar al Revolucionario Institucional o algún partido en desgracia, de los muchos que hay, para que a cambio del apoyo de esa asociación, le sean asignadas candidaturas.
En el colmo de la ingenuidad, sería irrisorio que Vincio Limón se tome en serio el tema de la candidatura independiente al gobierno del Estado, porque estría destinada al ridículo y el fracaso. La fuerza electoral de los sindicatos cetemistas y de cualquier otra central obrera, no son más que un espejismo burdo, un engaño para quien responde a sus ofertas. Los ejemplos son muchos, el más reciente de ellos, la sonora derrota priísta, con todo y el apoyo de los trabajadores de Morelos que, quedó claro, no votaron por sus candidatos.
Las candidaturas independientes que tanto han motivado la participación ciudadana, son el recurso, el plan B para resentidos y desleales, a los que en sus partidos, no se les da lo que no merecen, sin embargo con todo y la apertura democrática, esa inclusión motivará que las campañas adquieran más bajeza, más golpeteo y, obvio, sean más espectáculos circenses, en los que abundarán los payasos y trapecistas.
