TERTULIA POLÍTICA
Por Pedro Martínez Serrano
Hoy, como cada tres años, la ciudad y el estado, se encuentran bombardeados por personajes pintorescos, que buscan ser candidatos a la presidencia municipal de Cuernavaca y, en muchos casos, a diputados locales y federales. El talento, el reconocimiento social, la militancia partidista y el merecimiento, son lo que menos importa. Basta tener con qué o algún patrocinador, para lanzarse a la disputa por tal o cual candidatura.
El escenario se observa hasta ridículo. La pista de un circo ofrece mayor seriedad, que los ocurrentes actores políticos que recorren colonias y poblados regalando baratijas, resolviendo problemas vecinales y patrocinando comilonas y borracheras para líderes vecinales, que no lideran ni a sus familias.
En esa fauna política que corretea la ansiada presa, que no es otra que la candidatura, se observa lo mismo a diputados locales que federales, regidores, representantes partidistas y, los que más hilaridad provocan, son los improvisados empresarios, comerciantes y verduleros, los juniors y más y más cretinos que creen, que tusar árboles, regalar sillas de ruedas destartaladas y ofrecer comilonas baratas, con bebidas de dudosa calidad y bailongo con músicos desafinados, les garantizará ir a la contienda y, en su momento, el voto ciudadano.
Y, obvio, en los partidos en los que más ridículos y mentirosos participan es en los mayoritarios, el Revolucionario Institucional, el de Acción Nacional y el de la Revolución Democrática.
En Cuernavaca, supongo que por el PRI, porque esa militancia presume, anda enloquecido un tal José Luis Gómez Borbolla que, como único antecedente en el servicio público, tiene su parentesco con el ex gobernador Sergio Estrada y un cargo segundón en el ayuntamiento de Cuernavaca, cuando lo presidió el ahora diputado local, Manuel Martínez Garrigós y; en la Procuraduría Federal del Medio Ambiente (Profepa), en donde Francisco Moreno Merino lo colocó unos días como director de Vinculación y Enlace Legislativo e Interinstitucional.
El también heredero del restaurante El Bife, es un sujeto ocurrente que cree que su amistad y componenda con algunos actores políticos, le da derecho a buscar una candidatura y, para conseguirla, no sale de algunas colonias populares de Cuernavaca, como la Carolina, Lomas de Atzingo, Satélite y Chipitlán, en donde se ha dado gusto rapando árboles y repartiendo baratijas.
Otro que anda desatado emborrachando y patrocinando bailongos en algunas colonias, es un tal Alfonso Barrera Urióstegui, me dicen que es un sujeto medio enloquecido, originario de la colonia Carolina, que para ganar el respeto vecinal, lo mismo manda golpear a quienes lo critican, que propina salvajes golpizas a sus parejas. Al señor Barrera, creo que no lo quieren ni sus familiares, con los que mantiene un pleito permanente por la disputa de una propiedad.
Y en el PRI hay más, muchos más, como el diputado Matías Nazario Morales quien, por cierto, no se cansa de promover el golpeteo político y vecinal en contra de su adversaria, aunque correligionaria, la diputada federal Maricela Velázquez Sánchez, a quien desprestigia en las escuelas públicas, por medio de sus operadores del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Aunque la legisladora federal, que recién festejó sus 32 años con un fiestón en el que no más faltaron los brincolines y los payasos, para complacer a tantos niños que atiborraron el auditorio de Teopanzolco, Maricela chica no ocupa que se le agreguen negativos, basta la presencia de su madre, la señora Maricela Sánchez para que los que la conocen, que son muchos, sepan que no va a cumplir lo que promete.
Mañana seguimos con más ilusos del PRI y los muchos que andan sueltos, buscando candidaturas por otros partidos.