La Fiebre de Plazas Comerciales

Javier_JaramilloPor Javier Jaramillo Frikas

La Fiebre de Plazas Comerciales

 

* A mí querido Paco Guerrero y su Grito a Tiempo Desperdiciado…

*…pero mataron al Gran Hule…

¿Quién se va a oponer a la derrama económica vía obras privadas en Cuernavaca? El quehacer es especializado: arquitectos, ingenieros, maistreros, albañiles, camioneros, casas de materiales, herrerías, vidrierías, ferreteras, la comida económica a los trabajadores. Es un movimiento importante que no puede cuestionarse. Es parte determinante del tema a tratar. La cuestión es la aparición súbita, de pocas semanas atrás y a un ritmo vertiginoso, en construcciones de plazas comerciales, y también vital que la secretaría de Desarrollo Sustentable a cargo del arquitecto Héctor Hinojosa, informe con detalle cuántas y qué rubro se manejará en esos sitios que, sin duda, llaman la atención poderosamente.

¿Cómo oponerse al desarrollo económico de nuestra ciudad capital o cualquier lugar de Morelos? Convivimos, casi todos –la excepción ustedes la conocen, el mínimo porcentaje de gente millonaria, no rica—con la condiciones precarias y el vivir común del morelense. Pero si exigir que se transparentes estas operaciones legales en el otorgamiento de licencias de uso de suelo, de funcionamiento, y en qué las basan.

La lupa fue puesta a partir que un artículo publicado en el Diario Oficial  Tierra y Libertad, exige a las plazas comerciales no cobrar estacionamiento al cliente que pruebe que ha comprado en cualquier negocio de estos lugares. Harán 100 días que el Blog Ojo Cuernavaca lo dio a conocer, justo  en Plaza Galerías. En ese mismo espacio que maneja el colega Daniel Jaramillo Ceballos, el titular de Desarrollo Sustentable, Héctor Hinojosa, marcó puntualmente la función de la autoridad y quienes lo regulan. En el transcurso de una noticia que se hizo viral en la entidad y otros lugares, nos enteramos que la ley aplica a nuevas plazas funcionando a partir de febrero pasado que se emitió esa ley. Bueno.

Sin embargo una de las más poderosas empresas de estacionamientos, la de Plaza Galerías sobre la que se tejen presuntos dueños con pasado político reciente como concesionarios a partir que emitieron los permisos, lo menos que debemos es desconfiar de  lo que suceda en lo siguiente. Casi aseguramos que es la que promovió y obtuvo un amparo para continuar el cobro del servicio, más porque la noticia del Ojo Cuernavaca generó reacciones sociales, que se negaban a pagar, a que tuviesen que explicar que la ley es para las nuevas plazas y no es retroactiva. Un juez federal en Cholula, Puebla, les concedió el amparo. Por ello, es formal la petición que hace el columnista al arquitecto Héctor Hinojosa de conocer el número de permisos, licencias y rubros –esto tiene que saberlo aunque dependa de otras áreas–, que su secretaría haya emitido en los últimos seis meses. El espacio que sea necesario, está a disposición. Es obligado conocer el por qué cada día nace una construcción con forma de plaza comercial y en fracción de horas ya está el tremendo entramado de vigas de acero que anuncia que Cuernavaca será, la Ciudad con mayor número de conjuntos de este tipo en el país, cuando menos.

Hace pocos días el grito de coraje con impotencia lo advirtió el hermano colega Paco Guerrero Garro, con la muerte anunciada de un gran árbol de hule en la esquina de Domingo Diez y San Cristobal, frente al Carlos and Charlie’s. Guerrero lo subió a las redes, se dieron los comentarios, parecía tener efecto, pero no…

¡Y lo mataron!

Pasamos cada día, admirábamos el Hule y si Paco no lo denuncia no volteamos a ver nuestras maravillas naturales, asesinadas por máquinas conducidas por empleados con necesidad pero ideadas por empresarios, arquitectos, o responsables de obras criminales que no lo harían, de no estar de acuerdo con autoridades. En este caso, El Hule ni siquiera es parte de la propiedad de esa esquina –o así parece en Google–, de tal manera que mayor peso sobre Desarrollo Sustentable y superior la responsabilidad de Hinojosa de informar.

Ese Hule no tendrá jamás reemplazo. Fue asesinado. ¿Y cuántos árboles más en la casi treintena de obras que contamos, nada más en San Diego y Río Mayo del Cuernavaca Diamante, unas diez? Los ambientalistas advierten, denuncian, los ignoran, encuentran apatía de los demás. La insistencia de Paco Guerrero no parte de un hombre negado al desarrollo. Lo conocemos desde siempre, es un luchador social, promotor incansable de Morelos, víctima de la ola de inseguridad, dañado en su economía personal como empresario responsable junto a una mujer trabajadora y formes ideales, Harriet, pero nunca rajón. Es cuernavacense de cepa pura y nos obliga el caso del Hule de Domingo Diez, a ver a otros lugares donde se dan grandes, medianos y menores ataques a la naturaleza, sin que nada se haga.

Más allá de especular  cuánto dinero ingreso vía arreglo extraoficial en las construcciones y asesinatos de árboles, es necesario conocer que requisitos se establecieron, los mínimos aunque sea, y el monto exacto de arribo a las arcas municipales. La rapidez con que se hacen las obras. Con el intervalo de dos días, vimos la que se ubica en Rio Mayo casi doblando a Diana, a la izquierda: era la estructura, hoy ya comienza a ser un edificio con grandes locales. ¡En 48 horas! ¡Vaya eficacia!, pero sobre ello, cuánta prisa que no pase del 31 de diciembre.

No hay construcciones sin los permisos oficiales. Si un dueño de modesta casa ahorra y le pone una marquesina, llegan los inspectores y lo multan. Si un veterano comerciante, morelense, vendedor de neumáticos, en su grande terreno desea adaptar un área como bodega, solicita el permiso y se lo niegan, le exigen una cantidad impagable. Sin embargo, la proliferación de construcciones de lo que ya son plazas comerciales que en cualquier momento son inauguradas, se manejan en el mayor sigilo y brotan de la nada. Grandes extensiones que anuncian negocios rentables, asimismo generación de empleos en la parte noble. O pequeños terrenos en zonas exclusivas que advierten edificios de gran altura. El tema es que, en efecto, invierten sumas considerables, pero el manejo del uso se ha convertido en una entrada necesaria para la autoridad, pero lo rebasa la sospecha  –y la afirmación de conocedores—que el dinero de verdad, el que pesa y no aparece en el beneficio público, queda en cuentas, maletas y si hablamos delictivamente en caletas de funcionarios de perfil bajo y millonarios ingresos más allá de la nómina.

El consuelo es que estas nuevas plazas tendrán que regirse por el artículo 188-bis de las leyes locales y no cobrar estacionamiento a los clientes que así lo prueben, tal como lo legislaron en la pasada legislatura en febrero de este año. Un avance.

Lo dramático en esta realidad es que El Hule de Domingo Diez y San Cristobal, representa con su muerte, la pérdida de vidas de cientos o miles de especies en aras del desarrollo. Martín, un vecino de esa colonia, nos dice hoy mismo, que en forma gradual, con la premeditación de los criminales, fueron cortando las ramas del majestuoso árbol, que su líquido blanco que escurre, él lo veía rojo. Nacimos y lo vimos, notamos la construcción y no le dimos importancia. Hoy que no está, eres el primero que me pregunta ajeno a la colonia. Aquí nos duele, ¿pero qué podemos hacer? Una noche, cuando las sierras eléctricas acababan con su vida, una señora dice que escuchó como un lamento. Amanecimos y El Hule, no estaba, hasta la base de su gran tronco lo taparon.

Abierta la invitación al secretario de Desarrollo Sustentable para que informe a quienes lean este espacio, a dar detalles de las nuevas plazas, las exigencias de su dura y celosa dependencia, que tipo de función tendrás estos veloces negocios, y los que saben del tema, la burocracia, los profesionales de la construcción y aquellos que hacen números, lo revisen y digan qué paso sigue.

Así como El Hule fue asesinado, los tantos árboles más, igual en beneficio del desarrollo, los ecocidas, homicidas, ni siquiera huyen y lo serio: funcionarios como el secretario Héctor Ituriel Hinojosa, los conocen. Aquí está el espacio y buscamos otros, secretario, para la puntualización precisa, cronológica, del número de licencias para las plazas y condominios de los últimos seis meses para no exagerar.

Estamos a 1 de diciembre y son, justamente, 22.49 del día, faltan como veintitantos para que acabe la función pública aunque la burocracia se retire en menos de dos semanas.

Ya estuvo…
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