Basura-Bolaños Aguilar

Pedro Martínez Serrano

Acostumbrado a la pestilencia de drenajes y basureros, sobre cuyos deshechos construyó su millonaria fortuna, el veracruzano Edmundo Javier Bolaños Aguilar, busca hoy convertirse en candidato a presidente municipal de Cuernavaca por el PAN, pero antes y desde la presidencia de la Junta Política del Congreso local, prepara el millonario enjuague que lo capitalizará para ir en busca de aquella aventura política en la que se pretende embarcar.

El negocio que le dejará los millones necesarios para comprar la candidatura a la alcaldía, como él mismo fanfarronea con sus amigos de la legión veracruzana, va a salir de la negociación que hizo con el abogado de la Promotora Ambiental (PASA), Guillermo Pasquel Hernández.

Para complacer a Pasquel, el diputado local Javier Bolaños Aguilar sólo debió dar entrada a la demanda de juicio político en contra del doctor Jorge Morales Barud, con cuya acción, quien en su momento también representó al ex gobernador Sergio Estrada Cajigal y a los delincuentes que lo acompañaron en su gobierno, busca recuperar un adeudo que arrastra el ayuntamiento de Cuernavaca, con la Promotora Ambiental.

Atizar el escándalo en contra del ayuntamiento de Cuernavaca y de quien lo preside, tiene un doble propósito de parte de Bolaños: servir a los intereses de la Promotora Ambiental y de los socios de la empresa en Cuernavaca, encabezados por Sergio Estrada, pero también, conseguir la comisión prometida en millones de pesos, además del posicionamiento mediático.

La desfachatez y cinismo con que actúa Edmundo Javier, lo llevó a exhibirse con Pasquel Hernández, el abogado defensor de los delincuentes que trabajaron en el gobierno del Sergio Estrada, como José Agustín Montiel López y el mismo ex gobernador Estrada.

Me dicen que el diputado veracruzano que coordina a los panistas en el Congreso del Estado, se sentó hasta en dos ocasiones (viernes 5 y jueves 11 de septiembre) en el Italian Coffee de la colonia Antonio Barona, ubicado sobre el libramiento de la Autopista México Cuernavaca. Tengo información altamente confiable de que los encuentros se multiplicaron, hasta tres veces, en el domicilio particular de Bolaños Aguilar.

Las reuniones entre Bolaños Pasquel, previos a la presentación de la demanda de juicio político en contra del presidente municipal Morales Barud,en algunos de los cuales estuvieron personajes cercanísimos a Sergio Estrada y gente que estuvo vinculada a Sistema Integral de Recolección de Basura de Cuernavaca (SIREC), sirvieron para que entre carcajadas y dicharachos, se preparara la embestida en contra del ayuntamiento y su alcalde.

Los acontecimientos que advierten el recrudecimiento del golpeteo político en contra de Morales Barud, son y serán orquestados desde la oficina en el Congreso del Estado y la residencia particular de Javier Bolños, el veracruzano ladrón que saqueó al Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC) y más tarde a la Comisión Estatal de Agua y Medio Ambiente (CEAMA).

 

Por cierto, sobre la corrupta vida política de Edmundo Javier, encontré la siguiente entrega de CAUCUS, la columna que publica el periodista Alberto Millán en el Sol de Cuernavaca:

 

Javier Bolaños: bajo proceso

 

5 de febrero de 2008

 

El futuro político del diputado federal del PAN en Morelos, Javier Bolaños Aguilar, está en proceso de diluirse, frente a los actos de corrupción que cometió como ex titular de la Comisión Estatal de Agua y Medio Ambiente (CEAMA) y que lo pusieron bajo proceso administrativo y de responsabilidades ante la Auditoría Superior Gubernamental.

La ejecución de ambos procesos por parte del auditor Gerardo Casamata, que podrían derivar en acciones penales en contra de Javier Bolaños, era cuestión de tiempo, pues todos conocen de los excesos que cometía el actual diputado federal con los recursos públicos asignados y recaudados por la CEAMA.

Son cerca de 200 millones de pesos los que Javier Bolaños no ha podido comprobar en qué fueron gastados, pero que todo mundo sabe su paradero: negocios personales con el ex gobernador Sergio Estrada Cajigal.

De acuerdo a los recientes informes de la Auditoría Superior Gubernamental, dirigida por Gerardo Casamata, el proceso administrativo y de responsabilidades iniciados desde el año pasado contra Javier Bolaños, bajo el número de expediente ASG/UAJ/PAR/118/07-12, podría concluir este mismo año con serios impactos de tipo penal.

Se trata del resultado de la auditoría practicada a la cuenta pública estatal del 2006, específicamente del periodo del primero de enero al 3 de abril de ese mismo año, en el que se detectó un faltante de 97.4 millones de pesos cometidos directamente por Javier Bolaños y que no ha podido solventar.

Gerardo Casamata descubrió que de esa cantidad de recursos, 52.4 millones de pesos se destinaron al pago de finiquitos, de los cuales no se encontró documentación comprobatoria; además de que resultaban improcedentes, porque correspondían al ejercicio del 2005.

Los otros 45 millones de pesos no solventados por Javier Bolaños, tienen que ver con el pago de gratificaciones que no fueron autorizadas por la Junta de Gobierno de la CEAMA y que, por lo tanto, son improcedentes. Además de que no están debidamente sustentadas.

Por si fuera poco, dentro de sus excesos y abusos, el diputado federal panista Javier Bolaños Aguilar, como ex titular de la CEAMA cometió serias violaciones constitucionales, ya que no sólo adjudicó más del 20 por ciento de su presupuesto a través de licitación restringida, sino que también cometió irregularidades de planeación y ejecución de obras que violaron el artículo 40 de la Ley de Obras Públicas y Servicios.

En forma indirecta, está involucrado en el desvío de otros 102 millones de pesos cometido por su sucesor en la CEAMA, Adolfo Lizárraga Fontes, quien prácticamente fungía como títere del veracruzano Bolaños Aguilar. Durante la gestión de Lizárraga Fontez no se movía nada de dinero sin la autorización de Bolaños.

Bajo el procedimiento ASG/UAJ/PAR/119/07-12 ejercido contra Adolfo Lizárraga, se desprende que 96.9 millones corresponden al pago de facturas que no reúnen requisitos fiscales y 5.5 millones a comisiones bancarias no procedentes, por concepto de devoluciones de cheques.

Frente a esos elementos de corrupción imputados a Javier Bolaños, que por supuesto no son nuevos, ni desconocidos por los morelenses, es probable que se realicen pronunciamientos de desmarque político que dejarán sólo al diputado federal.

Y es que el propio Bolaños Aguilar a dicho fuerte y quedito, en público y en privado, que el auditor Superior Gubernamental, Gerardo Casamata, no va actuar en su contra por tener la protección del actual gobierno, a través de las supuestas relaciones que aún guarda con su socio Sergio Estrada Cajigal.

Incluso, Bolaños Aguilar ha tenido la intrepidez de amenazar a algunos comunicadores de tenerles listos sus expedientes. Los cierto es que para algunos Javier Bolaños podría ser una piedra en el zapato, pero para la mayoría es un diputado federal sin ningún futuro político en Morelos, precisamente por sus negros antecedentes que manchan la política y el ejercicio público.

Bolaños Aguilar se siente seguro del manto de impunidad que lo cobija, pero lo que no ha calculado, es que era cuestión de tiempo revelar su expediente, ante su desenfrenada imaginación de querer ser diputado local o hasta alcalde de Cuernavaca.

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