Por Pedro Martínez Serrano
En las semanas más recientes, el equipo de investigación del Grupo Reforma, puso al descubierto el altísimo porcentaje de gasolineras en las que se le roba cínica y despiadadamente al consumidor. El porcentaje del robo en el despacho, alcanza cantidades escandalosas, a las que se deben sumar los altísimos dividendos que reporta adulterar el producto, pero también la complicidad en que han incurrido durante años con integrantes del crimen organizado, en la ordeña de los ductos de Pemex y que, obvio, también deja carretillas de dinero para los deshonestos empresarios de la distribución de productos de la paraestatal.
Y, mientras que a los mexicanos se nos ha atracado impunemente durante años, en la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), sus titulares se han dedicado a enriquecerse y a enriquecer a consentidos presidenciales, como se dice que ocurre ahora con el doctor (que bien, bien, es dentista), Tomás Manuel Sánchez Robles, quien ha brincado de Director General de Verificación de Combustibles, a la subprocuraduría e incluso, durante un par de días, a la titularidad de la dependencia, pero lo que es cierto, es que es el intocable.
De acuerdo a lo que me confiaron un par de empleados de la Procuraduría Federal del Consumidor, adscritos en posiciones muy cercanas a la señora Lorena Martínez Rodríguez, ex presidenta municipal de Aguascalientes y ahora titular de la Profeco, el doctorTomás Manuel Sánchez Robles se pavonea y presume su viejísima y cercanísima amistad con el presidente Enrique Peña Nieto; Si a alguien le molesta o incomoda mi presencia en la Profeco, el asunto está bien sencillo, me dicen que fanfarronea, que le digan al presidente Peña… Si Enrique (fantochea igualado, al referirse al presidente de la República) me necesita en otro lado, o ya no quiere aquí, que me diga, porque si él me puso, él que me quite…
Con ese cuento de la cercanía presidencial, que le han creído al presunto mexiquense que comanda al cártel de la Profeco, como llaman los gasolineros a quienes se encargan de recolectar las maletas llenas de millones de pesos cada mes, el doctor, el dentista, Sánchez Robles se ha atiborrado de billetes, ha aprovechado bien y bonito su amistad con el presidente Peña Nieto.
No sólo eso, Sánchez Robles, con esa imagen apocada y mustia que lo etiqueta, es cínico y desvergonzado, pues se exhibe sin ningún recato con los representantes de las agrupaciones de gasolineros. Le encanta la pomposa zona de Polanco, en la Ciudad de México. Cuando él no puede acudir a recoger las maletas, que discretamente le echan a los lujosos vehículos en los que se mueve, manda a su esbirro de confianza, el tal Randal J. Ahumada, el mozalbete al que le encanta presumir sus frecuentes viajes a Europa, Estados Unidos y, obvio, al reciente mundial de futbol de Brasil.
Valentona y brabucona, tanto como voraz y corrupta como es, y como la recuerdan en Aguascalientes, Lorena Martínez Rodríguez pintó su raya con el dentista y metió a la colecta a dos de sus hermanos, que ahora también participan en las amañadas inspecciones a las gasolineras.
Por cierto, hoy, en la oficina central de Profeco, sueltan sonoras carcajadas cuando se dan a conocer tramposas acciones, diseñadas y difundidas por consejo de los asesores de la Procuradora Martínez Rodríguez, como aquella de anunciar inhabilitación de mangueras, que no ha servido más que para mostrar la ridícula y cómplice actuación de la Profeco frente al robo en las gasolineras.
Pero la más ridícula de las acciones que se les ocurrió, risotea un cercano colaborador de la jefatura de la Profeco, es aquella de que se van a aplicar rigurosos exámenes de control y confianza entre el personal, porque entonces la dependencia se va a quedar vacía; son puras payasadas para desviar la atención de la corrupta relación de funcionarios de Profeco y gasolineros, gaseros y centenares de empresas que mes a mes entregan su cuota.
El tema es amplio, como amplia es la red de delegaciones y subdelegaciones, en las que también se hacen lucrativos mandados, que enunciaremos en próximas entregas.