El Ruidoso Silencio

* “Silencio, que están durmiendo / los nardos y las azucenas / no quiero que sientan mis penas / porque, si me ven llorando, morirán”

 (Omara Portuondo e Ibrahim Ferrer en Buenavista Social Club
que produjo Ry Cooder hace varios años. Escúchenlo. Es un manjar).

El Ruidoso Silencio

Por Javier Jaramillo Frikas

Más cerca cada vez que los partidos decidan con quiénes jugarán la elección intermedia, esta semana que corre a la mitad, la acapara internamente el Partido de la Revolución Democrática. De cómo queden las cosas, podrá dibujarse a los elegidos para esta importante justa que aunque la subestimen algunos, el sentido común indica que la segunda mitad del gobierno que encabeza Graco Ramírez se fortalecerá o caerá de acuerdo al trabajo electoral que haga su partido. La gobernabilidad de su administración depende, en mucho, de la forma que se acomoden las piezas en el Congreso Federal, el Congreso Local y los 33 ayuntamientos de la entidad.

En tanto se encuentra el sector que asegura que la inclusión de Morena legalmente como partido ya en la lucha inminente, quitará votos al PRD porque Morelos es lopezobradorista y la relación conGraco es más que mala –que llevaría a que vendrá Andrés las veces que pueda y deba a Morelos para fortalecer su propuesta–, están otras versiones, una de estas que la reafirman algunos hechos, es el empadronamiento de sectores sociales descuidados en ese rubro, por el PRD y posteriormente canalizados a su padrón partidista y cuidados antes y ahora en el proceso de algunas necesidades elementales que le abonarían al Sol Azteca arriba de los cien mil votos. De ser así, es una ventaja fuerte, que sumada al voto duro, hacen viable que el proyecto de 18 años del PRD, no se trate de una buena intención.

La apuesta de los que no comulgan con el PRD y el gobierno de Graco Ramírez, tienen que ser analíticos, críticos serios ante toda posibilidad. La guía por la víscera o por el momento no pasa de eso. Si anotamos lo ya escrito, es porque se hace este trabajo, no tenemos la precisión si en esa proporción… mayor… o menor, pero cualquier gobierno, de izquierda, centro o derecha, usa sus mejores herramientas para preservar el poder. Aquí, en Chile y en China. Los gobernantes electos, cuando están en el poder recién llegados, viven la alegría e ilusiones. Las diversas bienvenidas, obligadas, las del tiempo y los hechos, en caso de Morelos también varias, en primer lugar el crimen organizado y sus graves consecuencias, luego la falta de oportunidad en la generación de empleos ante la falta de presencia empresarial o la fuga, desde hace años, de capitales. No está Morelos en una condición de mejora, la crisis nos ha tomado de la solapa y nos zarandea de un lado a otro con poquísimas posibilidades. Es una realidad.

Y la desventaja (o el échame a mí la culpa de lo que pasa), normal, es hacia el gobierno en función. Es una condición de la naturaleza propia de la política ante la sociedad y de los resultados de gestiones frustradas anteriores, de la dificultad de esta administración para la mejoría y de un hecho contundente y doloroso: estamos en los liderazgos del rezago y la alta criminalidad como el secuestro y lejos, mucho, de que se asome una luz que marque el final del martirio. No es fácil. Los últimos cinco o seis gobiernos estatales lo han vivido y la sociedad que sufre movimientos por el miedo o la falta de oportunidades, se conserva en esencia con los que nunca se van ni se van a ir: ellos, estos morelenses de siempre y hasta siempre, son los mejores relatores de este proceso de 20, 15, 12, 6 años y de este mismo día. Para que quitarle o aumentarle roscas al tornillo.

Bueno, el PRD está jugando su suerte inmediata en vistas a lo que no tarda que es la elección constitucional. Y los demás, velan sus armas, cada uno en su modelo y a su estilo. Veamos…

Los Gritos del Silencio

El Partido Revolucionario Institucional pareciera tener ventaja con dos cosas: la gente conoce —bien o mal— más a sus personajes que juegan en la parte alta de la política que a los de otros partidos, es un hecho; y la otra, son gobierno en la presidencia del país. Esta última tiene un peso especial si es que desde Los Pinos deciden echar pólvora a sus cañones morelenses. Allá, en el CEN, en Gobernación, en la propia Presidencia, deciden lo que está en la cima: la presidencia de Cuernavaca, las cinco diputaciones federales, las cuatro locales de la capital, la plurinominal federal, los tres primeros en la lista al Congreso Local. Lo demás permiten allá que lo determinen aquí, ya su comité estatal, y los grupos existentes, ya los amiguismos o los compadrazgos, como sucede en todos los partidos.

 

La semana anterior el tema fueron “Los Cinco del Bife” y es de ahí que se titula este espacio: Silencio. Nadie trata ya el tema, parecen estar de acuerdo en silenciar un asunto que todos ellos y quienes no fueron, lo trataron como la noticia tricolor en lo que del año. Despertaron dormidos, generaron expectativas, reactivaron células, eso sin duda, al mismo tiempo que prendían focos rojos en muchos más que sintieron el desplazo, más allá del número de dueños, presuntos o reales que tenga este partido. Revisando sin cargas el tema, la aparición de ese evento en El Bife, fue el silbatazo que marca su propio proceso hacia las nominaciones. Viene ahora lo más relevante: quiénes van a ser. Los Cinco si de posiciones se trata, no tienen problema, solo falta que en los intestinos priistas los acepten y no haya otros que tengan la misma pretensión. Recordemos una vieja costumbre y eterno uso: difícilmente se ponen de acuerdo aquí, por ello aceptan lo que indiquen allá, no importan fracturas o muertes políticas.

Lo dicen en broma pero en los hechos ha quedado escrito: el mejor ejercicio que sabe hacer un priista es… comerse a otro.

Esta vez, sin brújula local, lo que parece viable es que sigan, como siempre, esperando que en México decidan. Pocos los que se subleven a la decisión desde la capital. Quienes juegan algunas diputaciones de distrito, regidurías, son grupos conocidos, históricos, que no esperan prebendas, que tienen su propia fortaleza, que no van más allá de su realidad, y que en suertes o sucesos como el de Los Cinco, lo ven y siguen en lo suyo: a la espera si hay que competir internamente para preservar lo que poseen o hacia donde empujar para llegar al mismo fin. Son los que menos preocupa, si son cinco, más los tres o cuatro que excluyeron de su lista, como Maricela Velázquez Sánchez o Samuel Palma César, que de acuerdo a su propio capital, van a seguir, igual que parte de la quinteta bifeña.

Aquí sí, gritos al centro y a la izquierda

El Partido Acción Nacional agotó su capital hace varios meses, casi con la salida de su último gobernador. Un grupo preponderante lo exterminó y ellos se auto destruyeron. Se mira difícil, casi imposible, que ante la intermitencia de perredistas y priistas que van y vienen pero no agotan su combustible, no se vea en el horizonte cercano y lejano, uno solo de los panistas—panistas que por años, antes y luego de sus mandatos, aparezca por ahí. Se han ido muchos de ellos, seguro con más de lo necesario para que vivan esta y varias más de sus generaciones, pero sin un solo centavo que gastar en la vida pública. Triste pero con pocas posibilidades de ser refutado. Se ve y se siente.

Dos acciones marcan el grito con el silencio y el silencio con el grito desesperado:

La fotografía de la presidenta del PAN estatal donde anuncia que podrían hacer alianzas electorales con el PRI, en primer lugar.

El otro, la alianza PAN—PRD en el Congreso a partir del tocayo pragmático, Javier Bolaños.

Obviamente, la señora Alicia Popoca, dirigente estatal y el diputado Bolaños, son desafinados políticamente hacia las entrañas de un partido que necesita mucho trabajo, tanques de oxígeno y demás enseres de una sala de terapia intensiva. Y si le agregamos la comodidad con que el ex gobernador Marco Adame Castillo mueve a su hijo, diputado federal por razones de su padre por cierto, para que aparezca como el posible candidato a la presidencia de Cuernavaca. Marco sabe que es improbable —no imposible— ganar, pero le gustaría que encabezara la lista —y así será— de los diputados locales azules. Ah, y Marco Adame, el ex mandatario amable, será, de nuevo, diputado federal plurinominal. Por ello el PAN cayó con estrepito.

El PAN va a crecer en base a los principios y doctrina de muchos militantes jóvenes que no los persignaban antes de entrar a las reuniones partidarias, como era el caso de Tepetates, donde se cometieron barbaridades que, alguna vez, tendrán que conocerse. Hasta escalofrío provoca y el difunto Padre Marcial Maciel se quedará más frío allá donde esté, que de acuerdo a la misma iglesia, debe ser el infierno.

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