Por Javier Jaramillo Frikas
Más vale un grito a tiempo…
Una y otra vez lo hemos dejado aquí escrito: la real posibilidad del mal uso de la fuerza pública en las elecciones como último recurso del gobernador Graco Ramírez para tener una elección que lo favorezca a él. Un pequeño anuncio en medios, barato por su espacio para el tamaño de la importancia, dejaría ver la tentación de un mandatario al que no le han salido las cosas del todo bien, quizá arrepentido de no enviar a otro personaje que no llevara el nombre y la persona de Jorge Messeguer Guillén. Conjuntamente, el gobierno del Estado hace público un comunicado con la Fiscalía General y la Comisión Estatal de Seguridad Pública que se encabeza así: Gobierno del Estado garantiza seguridad de candidatos durante debates. Vale manejarlo todo, para que escatimar si en juego está la tranquilidad de la sociedad en un punto vital que es la elección:
El Gobierno del Estado de Morelos mantiene comunicación con la Fiscalía General del Estado y la Comisión Estatal de Seguridad Pública, para la atención de los incidentes que pudieran presentarse durante esta etapa de la organización del proceso electoral.
Tanto en la Fiscalía como en la Comisión, también se mantiene comunicación con el Consejo del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (IMPEPAC), así como a las autoridades que representan a sus órganos municipales y distritales.
En el caso de los debates entre candidatos a los cargos de presidentes municipales y diputados locales, el Gobierno del Estado garantiza la seguridad en estos ejercicios que coadyuvan a la exposición de las ideas y las propuestas.
Las y los candidatos pueden tener la confianza de que su seguridad está garantizada, tanto en la celebración de los debates que organice la autoridad electoral como en sus actividades de campaña.
Lo escrito es preciso, exacto, es un aviso de la autoridad en la toma de precauciones. Visto desde el ángulo estricto de las palabras, pero el ciudadano de a pie, los políticos, los propios candidatos, podrán darle la interpretación que deseen, por ejemplo que este aviso era necesario en los otros debates, los hechos a invitación de organismos sociales, que han tenido momentos desde serios como las agresiones vandálicas a candidatos (a Jorge Messeguer del PRD y Luis Miguel Ramírez del PAN) hasta patéticos, como los jalones que Messeguer daba a Ramírezpara que no saliera de la Canaco, donde el panista acusó a huestes de Jorge de agredirlo. Ramírez ganó el alegato, y de calle. El rostro del ex secretario de gobierno dos años del actual gobierno, responsable de la seguridad y la política interna, genera incluso compasión de la gente. No está al cien, parece perdido, repitiendo estribillos que sus asesores (Los Mandujano y LosVenegas que parece le han tomado distancia) le dictan. Como que el agotamiento ha hecho presa al candidato oficial del gobierno, y perdidos los planes iniciales –quizá hasta el H– un recurso ilegal como el uso de la fuerza pública en su favor, es más que una simple tentación, parece obligado ante lo que es una caída libre del candidato estelar del gobernador.
Y hay que subrayarlo las veces que sea necesario, porque entre el gran número de buenos policías, tiene que haber algunos venidos de sabrán dónde, que nada pierden si accidentan este último tramo electoral. Tienen un jefe máximo más allá del comisionado Alberto Capella Ibarra, se llama Graco Ramírez y es gobernador de todos los morelenses, incluidos candidatos suyos del PRD, del PAN, del PRI, del PSD, del Verde, de Movimiento Ciudadano. De todos, para que no se olviden. Para pronto: la obligación legal de Graco es velar por todos los morelenses, garantizar que la elección sea imparcial, que su administración va a dejar de meter las manos, que los partidos y sus candidatos cuentan con el respaldo de seguridad, normal, del gobierno para el ejercicio de su función electoral y que si hacen cuentas son unos cuantos días de proselitismo pero prácticamente lo que haya hecho cada quien, solo tienen que administrarlo.
Se supone que en esta mitad de una administración, el ejecutivo opera discreta pero velozmente para alcanzar la mayoría en el Congreso que le permita un segundo tramo sin tanto contratiempo. Esta vez ha tenido la mayoría simple y el caminar del gobierno no ha sido tan accidentado desde el Congreso, más por el escaso nivel de sus integrantes que por la existencia de una oposición real y política, de argumentos pues. Sin embargo, los números sociales en contra de la administración son contundentes, nunca vistos en la historia reciente -¿les gustan 50 años?—de Morelos. La figura del gobernador ha sufrido maltrato por su modelo de hacer las cosas. El traje le ha quedado muy grande. Un estado pequeño en territorio pero con maltrato de adulto muchos años, con un gobernador de pantaloncillos cortos que no tuvo el kilataje de estadista. Y eso genera molestia, tal vez rabia, y ha demostrado el gobernador Graco que se enoja fácil.
Entonces, ¿Por qué no dar avisos a tiempo de una eventual imprudencia?
Se ve que la apuesta mayor es Cuernavaca y tiene nerviosos al gobernador y sus huestes, y si han perdido puntos ha sido más por su inoperancia, descuidos, bravuconadas que han salido caras, que lo que hayan dejado de hacer sus adversarios. La campaña de Jorge Messeguer es la antítesis de esas acciones políticas: ruedan al revés. Improvisación, juegos de menores, cálculos equívocos y, lo principal, la presencia de un hombre al que los pocos que le conocemos sabemos buena persona, sin potencial para jugar en ligas mayores de la política, por una razón sencillo: nunca creció, quizá la sombra de su jefe Graco lo evitó, o era la condición de estar cerca del Sol Tabasqueño (como lo enaltecen sus jilguerillos): opacos, grises, de poca personalidad, con la condicionante de pequeños. Vean el gabinete y ratifiquen. Es el sello para trabajar por ahí.
Dejaron de ser los 18 distritos locales prioridad política en esta elección, sin embargo, el PRD podrá lograr mayoría simple porque encarrilado Cuernavaca, el nuevo dirigente Rodrigo Gayosso, se fue al interior y fortaleció regiones donde su rival principal es Morena. Todo indica que el resultado es bueno. Sin embargo, en Cuernavaca se perdieron los puntos de atención, predominó la improvisación y quitaron puntos al de por si endeble Messeguer. Todas las fuerzas perredistas volvieron a la capital, en sus afanes de reivindicación han echado más tierra a la loza de su candidato, con acciones desafortunadas que van directo al puntaje. Seguramente aprendieron que la política electoral es de trabajo, inteligencia, precisión y lucha. Será para la otra aquí en la capital. Tampoco existen los imposibles.
Regresando al tema inicial, Que cada quien haga lo que le corresponde, no hay tiempo para más. El gobernador a cuidar la elección general aunque de reojo no pierda el hilo de la suerte de su partido y candidatos. Los partidos y sus abanderados, seguro cuentan ya con sus respectivas estructuras y solo cuidan detalles. Quién no esté en este entendido, tiene tiempo de irse. Los ciudadanos a votar por quien gusten o no hacerlo. Esta puede ser la elección de menor asistencia en la historia per cápita. Los medios, bueno las redes sociales, estarán intensas y los que acostumbramos informarnos por ahí, usar el criterio para tampoco caer en tentaciones que ensucien más la elección.
Y las corporaciones policiacas lo que la Constitución les obliga: cuidar el proceso completo, sin colores por medio y sin órdenes desesperadas que pueden hacer perder a todos. Que conozcan bien su rol, que es importantísimo. No dar paso a tentaciones, no dejar que entre la desesperación política en sus filas. Ser los cuidadores de todos. Y ya…