TERTULIA POLÍTICA, Por Pedro Martínez Serrano
Ratero, asesino y olvidadizo
El señor Jorge Messeguer Guillén, candidato del PRD a la presidencia municipal de Cuernavaca, es un sujeto ratero, profundamente ratero, cómplice de cientos de asesinatos que se han registrado en Morelos y, por ello, dicen los que saben, pues es asesino y, para colmo, es olvidadizo, muy olvidadizo, tanto que se hace como que no recuerda, que él fue quien operó la autorización para el crédito multimillonario, por más de 2 mil 800 millones de pesos, cuyo destino no ha sido aclarado por su patrón, el jefe del cártel de la nueva (am) visión, el hocicón, fanfarrón y vengativo, tanto cómo imbécil y extraviado Graco Ramírez.
La fundada sospecha de que Graco Ramírez está rodeado de ladrones, extorsionadores y cómplices de narcotraficantes, ha cobrado fuerza, se ha robustecido por decisiones tomadas a rajatabla, sin importar que con ello se pisotee la autonomía municipal y el orgullo de los alcaldes. Para Graco y Jorge Messeguer, como para el modosito y delicadito hijastro, Rodrigo Gayosso lo único que importa es el negocio bajo el agua; el desvío del dinero de los morelenses; recibir el quinto real.
La lista de raterías de Graco, Rodriguito Gayosso y su gato, Jorge Messeguer, es larga, pero basta con mencionar el estadio de fútbol de Zacatepec que costó casi mil millones de pesos, pagados a una empresa poblana, propiedad del consuegro del Graco. La obra, además de la pésima calidad de materiales que se emplearon para su construcción, es susceptible de inundarse cada vez que llueve.
Otro más de los negocios que se empeñó en consumar Graco Ramírez y cuyo ejecutor, de nueva cuenta fue su candidato a la presidencia municipal de Cuernavaca, Jorge Messeguer Guillén, es el que tiene que ver con el Mando Único, para cuya formación asaltaron el control de la policía municipal en los 33 ayuntamientos y, a la par, se agenciaron el manejo de más de mil 500 millones de pesos, proveniente del gobierno federal para la seguridad pública. Obviamente, las obras y acciones que han ejecutado, han sido exponencialmente infladas en sus costos.
No sólo eso, hay cuarteles de la payasada esa denominada centro de control y mando, como el de Huitzilac y en Alpuyeca, que ni siquiera funcionan correctamente; no pasan de ser improvisados y destartalados dormitorios para los policías, porque los equipos de radiocomunicación, ni siquiera funcionan.
Me comentaban que presidentes municipales de los 33 ayuntamientos, se cansaron de presionar a Messeguer para rforzar la seguridad en sus respectivas demarcaciones y nunca tuvieron respuesta; nos van a matar gente, le advertían y, aun así, el ahora candidato perredista, nunca quiso tomar cartas en el asunto. Fue cómplice de la delincuencia por omisión y/o por comisión. Eso lo convierte en asesino.
El escándalo que alcanzó a Graco y a Messeguer y los mostró como lo que son, un par de rateros, es el asunto que les explotó en las manos, cuando intentaron que se concretara la compra de un terreno, en el perímetro de la Colonia el Vergel, para construir la sede del Congreso del Estado y, aunque en ese asunto también estuvo metido el candidato a diputado federal por el PAN, Javier Bolaños Aguiar (le tocó su acostumbrada comisión), los directamente responsables, fueron el gobernador Ramírez y Jorge Messeguer.
Los estertores
Olvidadizo como es, el tal Jorge Messeguer, arremetió hoy con una inserción pagada en el periódico Reforma en contra de la candidata del PRI, el Verde y Nueva Alianza a la presidencia municipal de Cuernavaca, Maricela Velázquez Sánchez. El asunto tiene que ver con la residencia en la que vive la priista, misma que se adquirió por una inmobiliaria de la que es socia, junto con su hermano.
El asunto, me parece que es el primero de una escalada de golpes bajos, orquestado en el cuartito de guerra de Messeguer en el que los principales creativos, son los juniors más rateros de la región, Jorge Meade González y su ahora pareja, su muy querido Rodrigo Gayosso quienes olvidan que en Cuernavaca, en el ayuntamiento que encabezó Manuel Martínez Garrigós, ellos fueron los principales beneficiarios del millonario desvío de recursos y de inflar costos de obras de quinta, como el mismísimo parque Acapantzingo.
La relación de amistad, mucha amistad, el cariño entre Jorge Meade y Rodrigo Gayosso, a quien le conforta y mucho el hombro de aquel para llorar y el consuelo que la brinda, junto con el airesito que le echa en la nuca cuando hace calor, inició precisamente en el ayuntamiento.
Lo que queda claro, es que el golpeteo del cuartito de guerra de Messeguer, así como el rabioso proselitismo que despliega el imbécil que despacha como gobernador, el arrebatado y alocado Graco Ramírez, no es otra cosa más que los estertores del perredismo en Cuernavaca. Saben que la derrota será durísima. Ellos también tienen los resultados de las encuestas y saben que hasta los hermanos Yañez, del PSD, con Cuauhtémoc Blanco, van arriba de ellos en la ciudad capital.