Contaminación y el Riesgo

Javier_JaramilloPor Javier Jaramillo Frikas

Contaminación y el Riesgo

Siempre es importante retroalimentarse con los comentarios de nuestros lectores y amigos. Entre varios hemos escogido algunos que inquietan. Los vamos a presentar y tras ello daremos la opinión del que escribe. No se puede dejar pasar lo que siente, piensa y reacciona un sector trascendente de la sociedad. Aquí están:

De Juan Manuel Vázquez

En relación a tu columna. Aunque lo comentas no vas al fondo del tema. El gobernador Graco está contaminando el clima electoral con sus imprudencias.

Tal parece que su intención es reventar las elecciones. Obvio ante la falta de crecimiento de sus candidatos. Empezando por Meseguer. Además, no es fabricado Javier, el señor Graco es repudiado por el pueblo. ¿Que no lo ves? Lo grave es que no tardan en hablar de suspensión de elecciones. Ya lo veras

De Carlos Benítez Fuentes

Al gobernador, cada vez que se presenta en algún sitio público le gritan cosas, o cuando el presentador lo anuncia, viene la rechifla desaprobatoria, desde el año pasado en el torneo de tenis en Sumiya, lo mismo, un ciudadano le gritó algo y Graco se regresó a la bravuconada, Elena Cepeda lo mismo, en la Feria del Libro en el centro se enfrentó con algunos ciudadanos que querían reclamar algo y acabó dándoles la espalda como dijo el de la bicicleta. Los ciudadanos sentimos que nos está dando la espalda. Se me olvidó, mencionaste En tanto, el gobierno hace obra, como las que más abajo comentaremos me perdí, no vi el comentario!  No importa, tu columna como siempre, excelente. Como se extrañan las épocas de Rivera Crespo, Don Lauro Ortega, Don Antonio Rivapalacio, hasta de Sergio Estrada, no eran tan notorios sus errores, eran más los aciertos y hasta orgullosos estábamos de ellos! (me brinqué a Adame, ni fu ni fa)

De José Antonio Agüería Purón

Efectivamente Javier, hoy estamos más jodidos que en aquellos tiempos, ahora los abusos, ineptitud y torpeza de Graco lo tiene al borde del precipicio y la entidad entera está dispuesta a darle el empujoncito, cuanto antes mejor y llegar a presentarlo ante la justicia para que rinda cuentas. De entrada ¿3.000´000,000 de razones pueden ser pocas? (Claro está, me refiero a la brutal cantidad de dinero malversada durante su “administración” y por lo que ha sido ya demandado ante la PGR, por peculado). Los tiempos de este depredador insaciable, se acaban, para bien de Morelos y de México. Estupenda columna, te envío un cordial saludo.

Del columnista

Para la reflexión sería lo que dice Vázquez, que en cada acción del gobernador se encuentra la operación para no generar condiciones hacia la elección. Si en efecto y con todo el tiempo, equipo y municiones para posicionar al candidato del PRD en Cuernavaca, Jorge Messeguer Guillén, no debe descartarse que cada movimiento público del mandatario lleve un objetivo, y sería la anulación de los comicios el más relevante. En los tiempos que vivimos nada es descartable, y menos con el deterioro y falta de credibilidad de los que detentan el poder público. No es lo mismo tirarle al blanco, que ser el blanco. Lo triste es que Morelos con su sociedad ha estado en medio de juegos personales, frívolos, incluso perversos.

Hemos comentado aquí, en repetidas ocasiones, que había que seguir los pasos del gobierno a través de sus corporaciones policiacas, mencionamos la obligación del comisionado Alberto Capella, de tener un manejo aseado y no entrar en terrenos de consigna. Sería muy peligroso para una entidad que ha sido y es golpeada ya por la delincuencia organizada y la batalla de pronto parece que avanzan las fuerzas del gobierno, y suceden eventos escalofriantes como cuerpos desmembrados al más puro estilo del crimen organizado. Ahí está la función de la policía y en la víspera de la elección generar las condiciones que brinden la confianza al elector.

Vía telefónica le han comentado al que escribe el por qué justo hoy se mete en el tema. Como muchos ciudadanos, sabemos que los avances son nulos pero la buena fe del morelense se estaciona en creer un cambio para bien. No lo han hecho posible. En unos cuantos días, ha quedado evidente que el gobernador Graco Ramírez Garrido Abreu no debe tomar la calle para actos públicos. Dejemos la veda electoral que pocos respetan. En su caso –de Graco— se han agotado las opciones que, a como dé lugar, sea el rostro de su partido y candidatos. No  ha cuadrado. Su gestión de dos años y medio ha sido accidentada, no sube los escalones que lo lleven a la calidad de Estadista, justo lo que necesita Morelos en estos años de zozobra.  Decía un gobernador local hace años que no existían las escuelas para hacer gobernadores. Era una salida simple. Normalmente el político se prepara para llegar a la máxima posición luego de arduo trabajo y con ingredientes esenciales como sensibilidad y compromiso social.

Morelos ha sido desafortunado porque los gobernantes han fallado. Morelos ha sido dañado porque los mandatarios priorizan lo personal, se enfrascan en colusiones y frivolidades familiares y pierden el sentido del entorno y se esparce de su cabeza el compromiso de cumplirle a sus gobernados. Toca Carlos Benítez la irritabilidad y las reacciones agresivas de Graco, expone dos ejemplos que, en las redes por supuesto, han sido públicas. José Antonio Agüería Purón se mete en un tema intratable: el crecimiento y mal manejo de los dineros públicos que presagian bancarrota y procesos judiciales. Cada uno de estos, son hechos a la vista, no los inventa nadie. Vázquez habla de lo general que es el mal trato del ciudadano común, de la mayoría, durante los actos públicos de Ramírez Garrido Abreu. Es irrefutable. Es mal visto, no pudo penetrar en los ánimos generales.

Pero preocupa, y mucho, que intencionalmente se contamine el clima electoral y el autor sea el gobernador. Eso es, de siquiera olerlo, un acto criminal que tiene consecuencias graves. La falta de crecimiento de sus candidatos, el repudio que se ha hecho público y la probabilidad tras estos puntos negros, de la suspensión de la elección. ¿Se imaginan? Hay que anotar, entonces, lo que analiza el ciudadano de a pie, luego que cualquier comentario de los llamados políticos, rápido se va al fondo del pozo, nadie les cree.

Vemos en las redes al de la bici en La Estación, en dos videos entre un año y otro. El cambio de nombre es hoy el delito mayor, pero no encontramos en ninguna de sus palabras una mentira o agresión. Una y otra vez esgrime razones y argumentos, en un tono inusual desde una sociedad que necesita que cada vez den la cara más los ciudadanos. Y nos queda claro que existe un círculo cerrado en los cuartos de guerra oficiales con criterios muy pobres. Criminalizan el cambio de nombre del atrevido, le dan con todo desde sus cuarteles y hacen, iniciando por el gobernador, un tema personal, político y partidista, la llegada de un señor que pregunta detalles de una obra que proviene del dinero del pueblo.

Ello es el augurio de La Guerra Negra, donde no solo se usarán a las decenas o centenas de guardianes pagados por el erario desde la descalificación cibernética, hasta el tolete y las carpetas de investigación. Imposible la petición de equidad a las autoridades, pero si han de iniciar la primer carpeta de investigación como se llaman hoy las averiguaciones previas, que inicien citando al que manda en el edificio de gobierno ubicado en la Plaza de Armas, por lo que dice Agüería Purón y lo que inquieta a Vázquez: que se aclaren los miles de millones y que no sea el gobernador, abiertamente, el que en la desesperación de no consolidar a sus candidatos ejerza acciones que hagan más ingobernable a Morelos y se cancelen las elecciones.

¿Morelos tiene las condiciones de Michoacán y Guerrero donde los aspirantes a gobernador del lado priista parecen ser a modo? eso se fragua cupularmente en las oficinas del poder en la Ciudad de México, ya en el Congreso, en Bucareli, en los propios Pinos. Son temas tratados en escritorios con escenarios llevados por los interesados. Qué consulta a la sociedad ni qué nada. Morelos, líder en lo malo, es colero en la atención de los poderosos. Un hecho. Aquí son elecciones intermedias y las cinco diputaciones federales, pero se juega el futuro de la administración y quien la encabeza. No porque lo quiten de inmediato si no gana la mayoría en el Congreso Local. Ahí podrá estar. No. Lo que sucedería al hacer las cuentas de lo hecho hasta hoy y bajo esas posibles circunstancias que no gane Graco lo que tanto desea, las condiciones sociales y políticas irán en detrimento, y Morelos, sí, Morelos, esta tierra donde vivimos y no nos vamos a ir, sea llevada, por acuerdos de poder en la Ciudad de México, al caos.

Nadie lo vale, y es lo que Graco tiene que entender. No se pueden pedir imposibles, pero roguemos por momentos de lucidez que lleven al gobernador de todos los morelenses, a enmendar el camino. ¿Demasiado tarde? La sociedad no tiene tiempo para esperar más. Dirían los de la vieja política: primero las instituciones y luego los hombres. Desafortunadamente, ellas, las instituciones, aquí han sufrido un desgaste que las tiene casi en ruinas, y El Hombre no parece en sus cabales.

¿Y un milagro? Quizá existan. ¿Esperanzas? Están perdidas, quizá huyeron junto a los cientos de familias de morelenses que no pudieron más y dijeron un rotundo, lacrimógeno, doloroso y claro:

¡Ya Basta!
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